"Son personas altamente temibles, con componentes y
desestructuraciones en la personalidad que hace que tengan una tasa de
reincidencia muy alta"
Redacción | Viernes 15 de noviembre de 2013
El secretario general de Instituciones
Penitenciarias, Ángel Yuste, ha reconocido este viernes que violadores y
asesinos en serie como los que están siendo excarcelados por la
anulación de la 'doctrina Parot' tienen "una tasa de reincidencia muy
alta" y que no se les puede aplicar medidas de control como la libertad
vigilada aprobada en 2010, porque las medidas penales no pueden
aplicarse de forma retroactiva.
"Son personas altamente temibles, con componentes y
desestructuraciones en la personalidad que hace que tengan una tasa de
reincidencia muy alta", ha dicho en declaraciones a la Cope recogidas
por Europa Press.
Según ha explicado, estos delincuentes son "criminológicamente muy
difíciles de condicionar" por el tratamiento penitenciario y la
posibilidad de entrar en prisión no ejerce sobre ellos la misma
"intimidación" que sobre los "ciudadanos normales".
Por eso, Yuste ve "lógica" la preocupación generada por la
excarcelación de delincuentes como el 'Violador del portal' o el
'Violador del ascensor', tanto por parte de sus víctimas como de otros
ciudadanos, "posibles y potenciales víctimas".
El responsable de Instituciones Penitenciarias ha recordado que
tras la reforma del Código Penal de 2010 los delincuentes sexuales
pueden estar sometidos a medidas de libertad vigilada una vez que
cumplen condena y que estas medidas se ampliarán a más delitos con la
reforma en curso.
Sin embargo, ha recordado que las normas penales desfavorables
para los condenados no pueden aplicarse de manera retroactiva a quienes
fueron condenados con otro Código Penal.
A favor de la Doctrina Parot
Además, ha defendido la 'doctrina Parot' como "la fórmula que
había conseguido armonizar mejor los principios de justicia y
proporcionalidad" a los condenados con el Código Penal de 1973, que
obtuvieron redenciones de sus penas haciendo trabajos en prisión.
Para Yuste, ese mecanismo de redención de penas es "casi una
reliquia jurídica", que en su origen estaba ligado a la necesidad de
"reducir el contingente de presos después de la Guerra Civil", y no para
este tipo de delitos para los que el Código Penal de 1973 contemplaba
la pena de muerte, que fue abolida al llegar la democracia.
Eso sí, ha garantizado que la reducción de pena a cambio de
trabajos es un mecanismo controlado judicialmente y que la
administración penitenciaria no puede aplicar por sí misma reducciones
de condena. También ha defendido, sobre las excarcelaciones tras la
anulación de la 'doctrina Parot', que una vez que los jueces dictan una
resolución Instituciones Penitenciarias sólo puede ejecutarla.
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