El fotógrafo corneado en el torneo evoluciona bien tras ser intervenido y está a la espera de ser trasladado a Madrid
Redacción | Miércoles 18 de septiembre de 2013
La Asociación de la Prensa de Valladolid
(APV) ha censurado las agresiones y amenazas a periodistas y fotógrafos
durante la celebración del Toro de la Vega en Tordesillas.
La más grave, la agresión sufrida por un fotógrafo de Tribuna de
Valladolid por parte de partidarios del festejo, ha indicado en un
comunicado la APV, que ha exigido "respeto" al trabajo del periodista en
su derecho a informar.
"Es intolerable que se intente, y en algunos casos se consiga,
impedir a los periodistas que sean testigos del festejo taurino, o que
graben imágenes de lo que ocurre durante la fiesta del Toro de la Vega",
ha indicado.
Además, la APV considera "inadmisible" que se impida informar con
libertad y atentar de este modo contra la libertad de información de
toda la sociedad.
Por ello, ha exigido a todos los ciudadanos, sean partidarios o
detractores de la fiesta, que respeten a los periodistas que acuden a la
localidad "con el único objetivo de realizar su trabajo, ser testigos
de todo lo que sucede en un acontecimiento de indudable interés
informativo".
La APV ha añadido que los informadores "no pueden convertirse en
ningún momento en blanco fácil de episodios violentos que pueda generar
la polémica sobre el Toro de la Vega".
La agresión
Fue sobre las 11,15 horas, cuando el toro se echó después de recibir varias lanzadas y varios miembros de la organización se dispusieron a apuntillar al animal, ante el cual desplegaron una lona azul para evitar que las cámaras (fotográficas y de vídeo) captaran ese instante.
"Alcé la cámara para intentar sacar algo y me pegaron un manotazo a la máquina. Me dijeron que qué hacía y que no me dejaron sacar imágenes", ha relatado a Efe Postigo, quien no ha denunciado las agresiones y vejaciones padecidas porque "la cosa no pasó a mayores, no merecía la pena y no se iba a sacar nada en claro".
Cuando el ganador fue levantado como señal de triunfo y homenaje, "volví a levantar la cámara y un mozo con gafas oscuras y la cara tapada con un pañuelo dio un empujón a la máquina, y otros dos vinieron por detrás me tiraron al suelo y me pegaron dos patadas", ha proseguido."Pasé miedo. El 'fregao' es el que es, pero nunca esperas que te pase nada parecido. Me quedo con la intervención de otros mozos de Tordesillas con más cabeza que intervinieron, me defendieron y reprocharon a los agresores su actitud", ha agregado este redactor cuyo material no sufrió desperfectos y que ya está trabajando después de "unos rasguños" y "un dolor de espaldas".
El alcalde de Tordesillas, José Antonio González (PSOE), ha reconocido que no tiene conocimiento de este episodio y recordado la "total transparencia" informativa por parte del consistorio en todo lo concerniente a la celebración del torneo del Toro de la Vega, un festejo más que centenario, documentado históricamente, regulado y reconocido legalmente."No ha existido ningún clima de enfrentamiento contra los periodistas, sino de total convivencia, como hemos podido ver en imágenes donde han sido entrevistados vecinos, participantes en el torneo y detractores del mismo", ha concluido.
Fotógrafo corneado
El fotógrafo Pedro Pablo González Rodríguez,
doblemente corneado durante la lidia del Toro de la Vega de Tordesillas, evoluciona de sus heridas intresado en el Hospital Clínico
Universitario Río Hortega de la capital del Pisuerga, según informaron a
Europa Press fuentes de Sacyl.
El reportero gráfico de la agencia France Press fue intervenido en
la tarde de ayer en dicho centro hospitalario de las graves lesiones
sufridas y, según las mismas fuentes, se encuentra pendiente de ser
trasladado a un centro sanitario de la capital madrileña, donde reside.
El herido, de 41 años, fue embestido por 'Vulcano', nombre del
morlaco protagonista del Toro de la Vega 2013, y recibió dos heridas por
asta en ambos muslos, en el izquierdo de siete centímetros y en el
derecho que conllevó además un desgarro muscular.
La acometida se produjo ya en La Vega, poco antes de que el astado
fuera abatido por un lancero a pie y un cuarto de hora después de que
diera inicio el controvertido festejo que para los vecinos de la villa
es una tradición de cuatro siglos y que, por contra, para otros es un
espectáculo que es necesario abolir por la crueldad y maltrato que
supone para el animal.
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