Montse Serrador | Jueves 13 de junio de 2013
Ya hay
fecha: 26 y 27 de junio. Las Cortes de Castilla y León acogerán el llamado Debate sobre el Estado de la Comunidad, una
cita que, a pesar de la enorme expectación que causa en círculos políticos y
periodísticos, dudo mucho de que al ciudadano de a pie le interese en exceso.
Son, sin
embargo, dos jornadas para que el jefe del Ejecutivo regional analice lo hecho y lo pendiente de hacer, para que la oposición critique y para presentar nuevas
propuestas que en el mejor de los casos podrían, incluso, estar consensuadas, que
seguro que sí, tal y como está el patio (hemiciclo).
Pero lo
cierto es que en esta ocasión, el debate, el noveno al que se someterá Juan
Vicente Herrera desde que asumió la presidencia en 2001, llega con unos
ingredientes cuanto menos extraños en un escenario, además, único.
El rosario
de acuerdos que se han alcanzado en los últimos meses entre el PP y el PSOE, a
los que también se ha venido sumando el Grupo Mixto, deja un panorama con poco
margen para las críticas, sobre todo cuando, además, se parte del reconocimiento
del propio Juan Vicente Herrera de las serias dificultades que se viven en la
Comunidad como consecuencia de una crisis económica que tiene su cara más trágica
en el drama del paro, como él mismo acostumbra a decir.
Prueba de
ese ambiente de consenso es el último pleno de las Cortes regionales en el que
ha salido adelante uno de los proyectos estrella de Herrera en esta legislatura
como es la Ley de Estímulo de Creación de Empresas, que consiguió el sí del
PSOE y de UPL.
Y como
parece que el espíritu del consenso lo impregna todo, el acuerdo llegó en esa misma sesión con un
asunto en el que hasta hace unos meses los enfrentamientos entre PP y PSOE eran
continuos: la reforma local y la ordenación del territorio. En el primero de los
casos, ya hay una postura única, de las llamadas de Comunidad, para oponerse a
la reforma propuesta por Rajoy, lo que hace pensar que el siguiente paso será
acercar posturas en torno a la ordenación del territorio, de forma que los
socialistas renuncien a presentar una enmienda a la totalidad, con lo que eso
puede suponer de cisma en el seno del Grupo Socialista, donde algunos de sus
procuradores no están por la labor de asumir las tesis de De Santiago-Juárez.
El Debate
sobre el Estado de la Región llega así con un Gobierno regional que encuentra
más oposición en el Ejecutivo de Rajoy hacia el que, curiosamente, las críticas
suben más de tono que con la oposición socialista. Ahí están las lindezas de
consejeros de la Junta hacia los ministros Soria, Arias Cañete o Montoro,
después de ver cómo se hace realidad en Castilla y León aquello tan repetido de
"al suelo que vienen los nuestros".
Será
extraño, por lo tanto, el Debate sobre Política General, porque a día de hoy,
parece que "es más lo que nos une que lo que nos separa", podrían decir tanto
populares como socialistas. La verdad es que en la situación actual, el
consenso y el acuerdo es más que necesario, siempre y cuando sea real, que se
supone, aunque el hecho de que los resultados no acabe de llegar siembra muchas
dudas entre los ciudadanos.
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