Montse Serrador | Martes 07 de mayo de 2013
Resulta cuando
menos extraño que mientras en Madrid PP y PSOE mantienen un enfrentamiento
permanente, en Castilla y León estos mismos partidos lleven semanas viviendo
una especie de noviazgo, escenificado en el "paraíso" de las Cortes regionales.
Si habitualmente no hay demasiadas similitudes entre el Congreso de los Diputados
y el Parlamento autonómico, salvo que,
obviamente, son la máxima representación de la soberanía popular, el tono
político de ambos, con algunas excepciones, no se parece ni de lejos.
Y sorprende
aún más si se tiene en cuenta que los máximos representantes de cada partido,
el presidente de la Junta y presidente autonómico del PP, Juan Vicente Herrera,
y el portavoz del Grupo Socialista, Óscar López, a la sazón secretario de
organización del PSOE (aunque en el caso de Castilla y León su liderazgo sea
compartido), son los abanderados de la política del acuerdo. Aunque ha habido más, de algunos es mejor no acordarse a tenor de los resultados (cajas), en los últimos meses el arranque fue el pacto que alcanzó la Junta con el PSOE,
los empresarios y los sindicatos, en el que se incluía un plan de choque contra
el paro y la ordenación territorial, un asunto este último que, por cierto, a los
socialistas les costó más de un disgusto interno. No hace mucho llegó otro
acuerdo, en este caso también con el Grupo Mixto en las Cortes (IU y UPL) para
alcanzar una postura común sobre la financiación autonómica y hacerse fuertes
en Madrid y en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Y en esas estábamos, con continuos
llamamientos al pacto desde los dos bandos, presionados, eso sí, por unas cifras de
desempleo que, a pesar del respiro de abril, siguen siendo dramáticas, cuando llegó el 7
de mayo y con él la eclosión de los acuerdos.
Arrancó la
jornada con la escenificación, también en las Cortes, de otra postura de
comunidad, en este caso en torno a la reforma de la PAC, para que la consejera
de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, se presente en Bruselas y en el
propio Ministerio con la solidez que da el contar con una propuesta única
defendida por las fuerzas políticas y las organizaciones agrarias.
Pero fue en
la jornada vespertina del parlamento autonómico cuando más se repitió la
palabra acuerdo. Primero con Herrera y López, que están dispuestos a exportar
su talante de consenso al conjunto de España. Alguien debería recordarle a Óscar
López que como secretario de Organización del PSOE también podía hacer el mismo
predicamento en Ferraz.
Después, fue el
consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, el que tendió la
mano a la oposición socialista para alcanzar otro acuerdo, en torno a uno de los
asuntos que más crispación y crítica ha generado como es la agenda de
la población y la evolución demográfica de la Comunidad. De Santiago-Juárez,
siguiendo la estela de Herrera y de Clemente horas antes, también ofreció otro
acuerdo de Comunidad durante un debate con el socialista Julio López.
Acuerdos,
consensos, pactos... Las formas son las lógicas en una situación económica como la
actual pero el continente tendrá que venir acompañado de un contenido que dé sus frutos y eso
sólo el tiempo, que deberá ser el menor posible, lo dirá. De momento, es un primer paso que otros ni siquiera han dado.
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