El Ejecutivo central quiere eliminar los "complementos" salariales de los alcaldes
Redacción | Lunes 28 de enero de 2013
La reforma que prepara el Ejecutivo central modificará la ley de gobierno local y
la de haciendas locales, esta última, sólo para reforzar el control
interno de las entidades, no en lo relativo a la financiación. Según el
ministro Cristóbal Montoro, la reforma de esta se producirá cuando se
aborde la de la financiación autonómica, lo que podría ocurrir en 2014. Además,
la norma supondrá la futura reforma de la Ley Electoral para reducir el
número de concejales. La propuesta del Gobierno es eliminar entre
10.000 y 15.000 concejales de los 68.500 ediles con los que actualmente
cuentan los 8.100 municipios que hay en toda España.
Entre las
novedades, la nueva ley vincula constantemente la actividad de las
entidades locales al cumplimiento de la ley de estabilidad
presupuestaria. Los municipios y organismos deberán estar saneados y
cumplir unos requisitos de calidad en la prestación de los servicios
mínimos para existir y si esto no se produce "se deberá proceder a su
disolución", se dice en el último borrador.
Esta es la forma
por la que podrían desaparecer los ayuntamientos de pueblos menores de
20.000 habitantes, cuyas competencias pasarían a la diputación
correspondiente. Estas instituciones salen claramente reforzadas.
Además, se prevé que no se puedan crear nuevas sociedades ni organismos
paralelos y que desaparezcan las mancomunidades que no cumplan tampoco
determinados estándares de calidad, pendientes de fijación.
Entre
otros detalles, la reforma supondrá la vuelta de los interventores a la
familia de funcionarios con habilitación estatal, es decir, que los
alcaldes no podrán nombrarlos ni destituirlos porque no dependerán de
ellos.
Además, se crea una nueva lista de competencias
municipales, agrupadas en dos categorías: propias y delegadas. Las
primeras suman 16 apartados, desde el urbanismo y el medio ambiente o el
agua, al tráfico, la promoción de la cultura o la policía local.
Pierden cualquier competencia en materia de salud y en cuanto a
educación, podrán participa en la creación de centros públicos y en el
cumplimiento de la escolaridad obligatoria.
Las competencias
delegadas son las que podrán ceder el Estado o las autonomías, pero esa
delegación "deberá ir acompañada de una memoria económica" que la
justifique y del correspondiente pago de los recursos necesarios. "Habrá
de ir acompañada necesariamente de la correspondiente financiación", se
dice en el texto.
Esta lista la forman 17 asuntos, desde la
gestión de la vivienda a la prestación de servicios sociales y
mantenimiento de centros asistenciales, creación, mantenimiento y
gestión de escuelas infantiles, actividades complementarias en los
centros docentes, gestión turística, promoción del empleo o liquidación y
recaudación de tributos autonómicos o estatales.
Sueldos
El Gobierno trabaja también en la posibilidad de limitar los ingresos de los alcaldes a un solo sueldo, sin complementos como los que disfrutan actualmente según las sociedades o entidades en las que participen, pero elevando a 100.000 euros el máximo que puedan cobrar los regidores de las ciudades más grandes.
Según han explicado a Europa Press fuentes consultadas, se mantendría así la intención inicial del Gobierno de limitar el sueldo de los alcaldes al sueldo de un secretario de Estado, que puede rondar esos 100.000 euros porque al fijo anual que reciben, señalado en los Presupuestos del Estado en casi 70.000 euros, se suman los complementos de productividad, que son variables.
De ahí hacia abajo, los salarios de los regidores se reducirán según una escala que se regirá por el único criterio de la población de sus municipios, hasta el límite mínimo de 30.000 euros brutos para los alcaldes de pueblos de 5.000 vecinos. La propuesta baraja también que los municipios más pequeños, que podrían ser los de población inferior a los 1.500 habitantes, no tengan un sueldo fijo.
Si la ley finalmente fija estas cantidades, no supondrá gran variación para los alcaldes con nómina municipal más alta, los de las grandes ciudades, cuyas retribuciones se aproximan a esos 100.000 euros de tope previstos, aunque tendrán prohibida ninguna otra percepción económica.
Es la penúltima revisión de la reforma de la administración local que prepara el Ejecutivo y que tiene previsto aprobar en Consejo de Ministros el próximo viernes. Hace meses que la iniciativa es objeto de negociación entre Administraciones Públicas, las administraciones autonómicas y locales, el PSOE y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), sin que se haya logrado cerrar un acuerdo.
La secretaría de Estado que dirige Antonio Beteta tiene prácticamente cerrado un texto desde diciembre; según la última versión a la que ha tenido acceso Europa Press, quedan abiertas pocas cuestiones, pero importantes: el régimen retributivo, el número de concejales que debe tener cada municipio, cómo equilibrar la función interventora y cómo reconocer el carácter institucional de la FEMP.
Fuentes socialistas, sin embargo, aseguran que el desacuerdo con el texto que prepara el Gobierno es completo y que no están conformes tampoco con el régimen retributivo, por lo que han decidido no continuar las negociaciones bilaterales con Ejecutivo y PP. Estas se mantienen entre el Gobierno y la FEMP, donde están representados todos los partidos.
El presidente de esta organización, el 'popular' Iñigo de la Serna, asegura sin embargo que cabrán acuerdos sobre la reforma, aunque serán "parciales", y que se podrá avanzar en nuevos consensos una vez que la ley llegue al Congreso. Los portavoces y la junta de gobierno de la FEMP se reúnen este martes, encuentros en los que se podría aclarar el estado de las cosas.
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