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El Grupo Antolín invertirá 30 millones de euros en su segunda planta en Rusia

La compañía burgalesa prevé crear entre 300 y 350 puestos de trabajo

Lunes 21 de enero de 2013
El Grupo Antolín construirá su segunda fábrica en Rusia, un proyecto para el que tiene previsto una inversión de 30 millones de euros con el objetivo puesto en el año 2015, según ha informado el Diario de Burgos en su edición de hoy.

La previsión de la empresa es construir una planta de fabricación de piezas en la ciudad de Vsevolozhsk, con una superficie de 10.000 metros cuadrados, ampliable a 15.000. El proyecto se apoya en el hecho de que el distrito de Tosno será, a finales de 2014, un área industrial de 100 hectáreas que busca atraer nuevos inversores (con incentivos fiscales a la propiedad comercial y sobre el impuesto de sociedades) y que contará con una inversión inicial de 10 millones de euros por parte de fondos públicos rusos para crear un clúster de automoción.

Las líneas de producción, según el mismo rotativo, se centrarán, sobre todo, en el revestimiento de techos, elementos de iluminación y acabados de los interiores de las puertas. Los planes son la creación de entre 300 y 350 puestos de trabajo, de los que el 30% serían empleos cualificados.

En Rusia ya se asegura que la multinacional española ya ha mantenido contactos para el suministro de piezas con marcas como Hyundai, General Motors, Nissan y Toyota, que tienen plantas en ese entorno. El propio Ernesto Antolín apuntó que su centro de operaciones se encuentra en la región de Leningrado, «una elección que no es al azar», y que su objetivo es desarrollar desde este lugar negocios en todo el país.

Las ventas de Antolín en Rusia el año pasado ascendieron a 12 millones de euros y las previsiones eran aumentar esas cifras hasta los 20 millones en 2013, con el horizonte de alcanzar los 50 millones de euros en 2016. El vicepresidente de la multinacional habló de que en la actualidad están a punto de concluir el diseño de la nueva fábrica.

La actividad industrial de la firma burgalesa en Rusia comenzó a principios de 2011 en unas instalaciones de 11.000 metros cuadrados en San Petersburgo, de los que 10.000 están exclusivamente dedicados a la producción y un almacén logístico. Con una inversión inicial de 14 millones de euros y 90 empleos, se esperaba llegar a las 114 personas en plantilla cuando concluyera la primera fase. Es decir, la nueva planta duplicará el coste de la primera fábrica.