Redacción | Jueves 23 de agosto de 2012
Iberdrola ha revisado durante los seis primeros meses del año 15.000 kilómetros de sus líneas eléctricas en Castilla y León para reforzar la seguridad de suministro este verano y con el objetivo último de seguir mejorando la calidad del servicio que ofrece a sus cerca de 1,6 millones de clientes de la región.
La compañía ha inspeccionado aquellas líneas de muy alta, alta y media tensión que tienen una mayor punta de demanda de energía eléctrica por las elevadas temperaturas veraniegas.
Iberdrola ha realizado una revisión ordinaria de 5.000 kilómetros de líneas y una rápida de cerca de 1.900 kilómetros. Estas actuaciones están orientadas a detectar posibles anomalías en los elementos que componen este tipo de instalaciones: aisladores, conductores, herrajes, apoyos, etcétera, dañados por rayos, arbolado, obras de construcción o edificaciones próximas, entre otras causas.
Asimismo, la empresa ha realizado un reconocimiento exhaustivo de los apoyos eléctricos, así como las mediciones necesarias para la detección de posibles anomalías en 7.000 kilómetros de sus tendidos.
La compañía también ha comprobado por infrarrojos -análisis termográfico- 650 kilómetros de líneas. Esta acción consiste en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas mediante cámaras termográficas transportadas en helicóptero o por un equipo de operarios a pie. Se mide así la temperatura de las instalaciones, lo que permite detectar aquellos puntos que mantienen temperaturas inadecuadamente altas -puntos calientes- para corregirlos y asegurar el suministro ante una posible punta de demanda.
Por último, Iberdrola ha realizado trabajos de limpieza de los pasillos por donde discurren las líneas, talando y podando aquellos árboles que presentaban un mayor riesgo de contactar con las redes a lo largo de cerca de 500 kilómetros de tendidos.