El paro (78,6 %), los problemas de índole económica (52 %) y la clase política y los partidos políticos (19,3 %) son las tres principales preocupaciones de los españoles, según los resultados del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecho público este martes. Le sigue a distancia la inmigración, que es considerada un problema para el 13,8 % de la población española. Sin embargo, otros problemas de los que el Ejecutivo ha hecho bandera, como la violencia contra la mujer sólo es considerado como problema por el 1,4 % de los españoles, muchísimo menos que la inseguridad ciudadana (8,1 %) o el terrorismo en general y el de ETA en particular (6 %).
Lo peor es que los españoles consideran mayoritariamente (44,2 %) que en general, desde el punto de vista personal, 2011 un año "lleno de incertidumbres"; otro 39 % piensa que será "bastante parecido" al año que acaba de terminar y sólo un 12,8 % cree que será un año "lleno de oportunidades". Es decir, que la actuación del Gobierno de Rodríguez Zapatero ha conseguido instalar el pesimismo y la depresión en la sociedad española.
De este barómetro del CIS se deduce que los españoles no confían en la ayuda de las instituciones públicas. A la pregunta concreta de "si las cosas le fuesen mal, dígame si confía mucho, bastante, poco o nada en la ayuda de los siguientes grupos u organizaciones", sólo un 2,4 % confía "mucho" en instituciones u organizaciones públicas (del ayuntamiento, de la comunidad autónoma, etc.), mientras que la inmensa mayoría (69,5 %) se centra en su familia; otro 27,6 % confía en sus amigos; un 6,4 % en sus vecinos, y otro 4,6 % confía "mucho" en organizaciones religiosas (parroquia, Cáritas, etc.).
Pero los españoles no son más optimistas sobre la "herencia" que van a recibir los jóvenes del siglo XXI después de casi siete años de gobierno de Zapatero: será "muy negativa" en cuestión de empleo (así lo cree un abrumador 72,7 %); en libertad (29,4); en solidaridad (33,5); en medio ambiente (49,2); en igualdad (29,2); en calidad de vida (43,3); en protección social (45,2); en capacidad de compra (54,6): en condiciones de trabajo (66 %), y hasta en derechos humanos (27,6).
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