Palabra sabia
Jueves 02 de abril de 2015
El Papa Francisco recordó que los sacerdotes no pueden ser
"pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores
aburridos", durante la homilía de la misa Crismal del Jueves Santo que
celebró en la basílica de San Pedro.
La misa también rememora "el día de la
institución del sacerdocio" y por ello la homilía del Papa, como en
anteriores Jueves Santos, estuvo dedicada a los consejos para los sacerdotes y
a la "belleza" del cansancio por dedicarse a los fieles.
El pontífice argentino Jorge Bergoglio explicó cómo todo
este servicio y cercanía a la gente cansa, pero, señaló, "es cansancio del
bueno, cansancio lleno de frutos y de alegría".
"El pueblo fiel no nos deja sin tarea directa, salvo
que uno se esconda en una oficina o ande por la ciudad en un auto con vidrios
polarizados", aseveró.
Pero a pesar de esta fatiga, el Papa indicó a los sacerdotes
que no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es
peor, pastores aburridos".
Asimismo, reiteró la necesidad de pastores "con olor a
oveja" y "sonrisa de padre".
"Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te
miran de lejos y desde arriba", agregó.
Según consignó la agencia de noticias EFE, Francisco inició
su homilía con una confesión: "Sabéis cuantas veces pienso en el
cansancio. El cansancio de todos vosotros. Pienso mucho y rezo por ello a
menudo, especialmente cuando el que está cansado soy yo".
"Nuestra fatiga es preciosa a los ojos de Jesús, que
nos acoge y nos pone de pie", aseguró el pontífice en la primera ceremonia
del llamado "Triduo Pasqual", el periodo de tiempo en el que los
católicos conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Francisco repasó los deberes que deben cumplir los
sacerdotes y después añadió que además hay otras tareas como "construir un
nuevo salón parroquial, o pintar las líneas para el campo de fútbol de los
jóvenes del Oratorio".
"Son tareas en las que nuestro corazón es movido y
conmovido. Nos alegramos con los novios que se casan, reímos con el bebé que
traen a bautizar; acompañamos a los jóvenes que se preparan para el matrimonio
y a las familias; nos apenamos con el que recibe la unción en la cama del
hospital, lloramos con los que entierran a un ser querido...", agregó.
Son deberes, según Francisco, que "fatigan el corazón
del Pastor" pues, aseguró: "para nosotros los sacerdotes las
historias de nuestra gente no son un noticiero".
"Conocemos a nuestro pueblo, podemos adivinar lo que
les está pasando en su corazón; y el nuestro, al compadecernos (al padecer con
ellos), se nos va deshilachando, se nos parte en mil pedacitos, y es conmovido
y hasta parece comido por la gente", dijo.
También instó el pontífice a los sacerdotes "no sólo a
hacer el bien, con toda la fatiga que conlleva, sino que hay que defender al
rebaño y defenderse uno mismo contra el mal".
"El maligno es más astuto que nosotros y es capaz de
tirar abajo en un momento lo que construimos con paciencia durante largo
tiempo", dijo.
Pero les recomendó que ante ello "hay que aprender a
neutralizar el mal" y "no" arrancar la cizaña, no pretender
defender como superhombres lo que sólo el Señor tiene que defender".
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