Julio Cobos | Lunes 09 de febrero de 2015
Argentina vive momentos complejos. La muerte del fiscal
Nisman ha sido el detonante de una situación de larga data, marcada por la intolerancia
y la incapacidad de autocrítica del oficialismo. Todos somos en mayor o menor
medida responsables de esto y todos debemos asumir la responsabilidad de
resolverlo.
Esta crisis es difícil de mensurar tanto en sus alcances
como en sus consecuencias.
Quizá el aspecto más relevante sea el marcado deterioro
institucional que atravesamos, producto de una forma de gestionar el poder
incapaz de distender tensiones y necesitada del conflicto permanente. Todo
esto, en un contexto de finalización de mandato de un gobierno con un alto
desgaste, con la presidenta absolutamente desorientada, que equivoca una y otra
vez, desde lo simbólico y desde lo práctico.
El modo de hacer política del kirchnerismo -con la
confrontación como única herramienta- ha llevado a una degradación
institucional inusitada y que extiende sus brazos a distintos ámbitos:
destrucción del sistema de estadística en general y el INDEC en particular,
vaciamiento de los organismos de control, intromisión en organismos de la
Justicia, división en el sindicalismo, fractura en el mismo partido de
gobierno, incapacidad absoluta para llegar a acuerdos parlamentarios, entre
otros ejemplos.
En octubre de este año debemos revertir esto sí o sí. Vamos
a recuperar la normalidad y salir del contexto en el que nos ha me tido la
presidenta. Para lograrlo otra institución de carácter constitucional debe
reasumir su rol e importancia: los partidos políticos, encargados de llevar a
cabo políticas que den previsibilidad y tranquilidad a la sociedad.
El reclamo generalizado a toda la dirigencia política es
"únanse", porque con criterio, la sociedad percibe que este desafío necesita
del aporte de todos, sin mezquindades. Esto es así, más allá de las diferentes
posturas de cada uno de los actores políticos.
Ahora, juntarse para qué, cómo, con qué fin. Unirse para
ganar no es unirse para gobernar y es aquí dónde no debemos poner el carro
delante de los caballos. La ciudadanía necesita saber qué leyes derogaremos,
cuáles no, cómo vamos a recuperar las instituciones, la seguridad, cómo vamos a
ir a una inflación de un dígito, cómo reconvertiremos la matriz energética y
fortaleceremos los organismos de control, entre otros asuntos.
El verdadero desafío no es solo ganar una elección sino fundamentalmente
llevar adelante un gobierno que reencauce el rumbo. Por eso insisto en la
necesidad de establecer políticas de Estado consensuadas con todos los sectores
políticos y sociales, para que se cumplan más allá de quién sea el que reciba
el mandato popular para ser gobierno.
Los acuerdos de gobernabilidad deben ser condición
indispensable y previa a la discusión de una conformación de acuerdos
electorales, porque de lo que se trata es de acordar con las líneas generales
de un futuro gobierno y no de la sumatoria de votos que una coalición genera.
Entiendo la gravedad de la situación y la necesidad de encontrar soluciones en
forma conjunta. Espero estemos a la altura del desafío.
Julio Cobos
Diputado nacional UCR
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