Manuel Suárez Suárez | Viernes 09 de enero de 2015
Muy querida nieta Cristina:
Lo
primero es desearte una buena recuperación ya que una fractura de tobillo tiene
siempre sus complicaciones. Creo que los aires patagónicos ---bastante más
secos que los porteños--- te ayudarán en la rehabilitación. Bien, paso
rápidamente al motivo de la carta que como puedes suponer tiene referencia
directa con mi experiencia de emigrante en la República Argentina.
Te
acordás que te rompí la cabeza con el pedido de un salvavidas para que no
desapareciese el Centro Gallego de Buenos Aires. Vos cumpliste como una
campeona, en tiempo y forma. Lo que te presento ahora es un problema que
tenemos en Cuba. ¡No te asustés! Creo que todavía conservo algunas neuronas y
me vas a permitir, por la sangre que nos une, seguir con ruegos y
reclamaciones. Se trata de conseguir mediante un acto administrativo que el
gobierno cubano devuelva el Centro Gallego de La Habana.
La
pregunta que te estarás haciendo es qué papel jugás en un asunto interno cubano
en el que, en principio, la presidenta
argentina "ni pincha, ni corta". Enseguida te lo aclaro. El padre de Fidel
Castro Ruz, don Ángel, nació en Láncara que está a una hora de camino de mi
aldea fonsagradina de Mazaeda. ¿Me entendés lo que te quiero decir? Vos sos mi
nieta, así que tenés todo el derecho del mundo en reclamar en nombre de
nuestros luchadores y generosos paisanos que están enterrados en la "Perla del
Caribe".
Acá arriba
llevamos más de medio siglo esperando que se haga justicia. Nunca aceptamos que
se pudiese incautar o expropiar el sudor de miles de esforzados albañiles que
construyeron un magnífico edificio donde los gallegos mantenían vivas sus
tradiciones al tiempo que curaban sus dolencias. Es en la capital cubana donde
se construye un gran palacio que es una joya de la arquitectura mundial. El
primer gol de los gallegos tiene lugar en La Habana; el segundo, en Buenos
Aires y el tercero, en Montevideo.
En este
año comienzan a abrirse puertas. El acercamiento de Cuba a Estados Unidos no
tiene vuelta atrás. Queremos que dentro del proceso aperturista, se incluya a
la brevedad posible el tema de la devolución del Centro Gallego a sus legítimos
propietarios. Confiamos en que puedas charlar con Fidel que aún retirado sigue
teniendo su ámbito de influencia. Te autorizo a que le cuentes que me reúno,
una vez a la semana, con su padre. Recordamos con alegría aquellos largos
inviernos en la montaña lucense. Nuestras mejor compañía eran unas nutritivas
castañas.
Me
despido. Espero que el verano haga reflexionar a los coimeros del "Clan del
Clarinete" para que se dejen de promover su amplio repertorio de fantasías de
mediopelo que no ayudan al país. Recibí un abrazo del abuelo que nunca olvida a
sus anfitriones en la orilla rioplatense.
Manuel
Suárez Suárez
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