Enrique Szewach | Jueves 08 de enero de 2015
Las reservas brutas del Banco Central cerraron en 2014 por
encima de los 31 mil millones de dólares. Un año atrás, rondaban los 30500
millones de dólares.
Antes que la Presidenta, o el Juglar matutino del Reino, me
acusen de mentiroso, permítanme explicar el título de esta nota.
De hecho, las reservas cayeron muy fuerte no sólo el año
pasado, si no a la largo de la década ganada.
Como se sabe, el stock de instrumentos convertibles en
moneda extranjera, representan, en el caso argentino, el principal activo del
Banco Central.
El valor de ese activo permite, independientemente del
régimen cambiario que se adopte, pero, básicamente, en esquemas de tipo de
cambio fijo o de "devaluación administrada", como los que predominan en nuestro
país, respaldar la estabilidad macroeconómica.
Por lo tanto, así como los periodistas deportivos cometen el
error de analizar los balances de los clubes de fútbol leyendo sólo la evolución
de sus pasivos, sin mirar la de sus activos y sin evaluar el déficit/superávit
anual que aumenta o reduce el patrimonio de los mismos, así, las reservas del
Banco Central deben evaluarse en comparación con sus pasivos, para determinar
claramente el "poder de fuego" o de respaldo de dichas reservas.
En ese sentido, existen múltiples comparaciones posibles.
A los efectos de esta nota, conviene comparar las reservas
del Banco Central, contra la Base Monetaria, por un lado, y contra la suma de
la Base Monetaria y la deuda de corto plazo del Banco Central (Lebacs), que es,
en realidad, "Emisión diferida" o emisión transitoriamente absorbida.
En ambos casos, sin
tomar en cuenta que en las propias reservas brutas existe "contabilidad
creativa" dado que se computan dentro de las mismas, no sólo los encajes de los
depósitos en dólares en el sistema financiero argentino, sino también swaps,
adelantos, deuda impaga por el default y deuda impaga a importadores.
Es decir, tomando para el cálculo el monto de reservas más
favorable al Banco Central.
Veamos.
A finales del 2013, por cada peso de Base Monetaria del
Pasivo del Banco Central, había en su activo (siempre en términos "brutos" con
contabilidad creativa incluida), 8 centavos de dólar. Inversamente, las
reservas alcanzaban para respaldar toda la base monetaria a un precio de 12,32
por dólar. Si la cuenta se hace computando, además de la Base Monetaria las
Lebacs, el respaldo cae a 6 centavos de dólar y a un valor de 15,44 pesos por
dólar. Un año después, por cada peso de pasivo existen 6 centavos de dólar en el activo, en el
primer cómputo, y apenas 4 centavos y
medio, incluyendo las Lebacs. Las cotizaciones respectivas equivalen a 14,71 y
a 21,93!! pesos.
Como puede apreciarse, la situación patrimonial y el poder
de fuego del Banco Central, ha empeorado sustancialmente durante el año pasado,
aún sin computar las "verdaderas" reservas.
A esto hay que agregarle que, difícilmente, el flujo de
dólares para este nuevo año sea positivo, en este sistema de control de cambios
(cepo para los amigos), con el tipo de cambio oficial usado como ancla
cambiaria, y con este escenario de precios y demanda global.
Mientras, el déficit fiscal seguirá siendo financiado con
emisión, y colocación de Lebacs. Y la deuda externa cancelada con uso de
reservas.
En este contexto, la situación de reservas que heredará el
próximo gobierno, para la estabilidad macroeconómica, (si el mercado no obliga
a "corregir" antes, en particular en el último trimestre del año), será muy
complicada.
A propósito, haciendo la misma cuenta, el ciclo kirchnerista
heredó el default, pero también recibió en mayo de 2003, 30 centavos de dólar
por cada peso de Base Monetaria, es decir entre 5 y 6 veces más que lo que
dejará después de haber vaciado al Banco Central.
En otras palabras, la "soberanía monetaria", llevó
el valor del peso de 33 centavos de dólar el 26 de mayo del 2003, a solo 7
centavos de dólar (siempre computando reservas "brutas") al 30 de
diciembre del 2014.
TEMAS RELACIONADOS: