El ministro de Economía afirmó que "hay avances definidos"
en la disputa con los fondos buitre, "en términos de plantear cuál es la
posición de la Argentina", y aseguró que "se han puesto en evidencia los
errores de la sentencia de (el juez de Nueva York, Thomas) Griesa, que fue de
lo más imperfecta que uno se pueda imaginar".
Kicillof advirtió sobre un ataque de los fondos buitre sobre
la región
Kicillof resaltó
el "límite" en el poder de un juez "para ir en contra de lo que opinan todos
los países" y sostuvo que con el ataque a la petrolera brasileña Petrobras "se
está viendo la verdadera cara de los fondos buitre, que es una cara
horripilante", en una entrevista que publica el diario "Ambito Financiero".
El titular del Palacio de Hacienda cuestionó además la "suma
de intentos por tergiversar la situación sobre quiénes eran ellos (los fondos
buitre) y quién era la Argentina".
"Han actuado con una completa falta de buena fe. Los buitres
instalaron en todo el mundo, y en particular en los Estados Unidos, que
Argentina es un país que no negocia con sus acreedores, que no tiene voluntad
de pago y que este Gobierno no quiere resolver el default de 2001, cuando es
todo lo contrario", dijo Kicillof.
"Todo el mundo sabe a esta altura -agregó- que los fondos
buitre trabajan para no acordar. No he visto a ningún fondo buitre que haya
tenido un título de un país y que se haya sentado a una mesa de negociación de
una deuda en default".
Según Kicillof, "el único que les creyó que ellos son una
víctima fue el juez Griesa", pero "no es verdad que ellos han rechazado ofertas
de la Argentina, en realidad ellos trabajan en decir que la Argentina no hace
ofertas".
El ministro recordó que "cuando fui a Nueva York la primera
vez, se tenía la idea que (los buitre) eran unos pobres fondos estafados, que
la Argentina tenía que pagar nada más que 1.600 millones de dólares, que el
país los podía pagar y que si no lo hacía era por obcecada".
"Lo que quedó demostrado en este tiempo -dijo Kicillof- es,
primero, que no eran 1.600 millones; segundo, que la interpretación del pari
passu pone en riesgo las posibles reestructuraciones de deuda de todo el
planeta. Hubo pronunciamientos generales, por ejemplo, del Fondo Monetario
Internacional, del G-20 (Grupo de los 20), incluso del propio sistema
financiero".
"Si la Argentina hubiera pagado los 1.600 millones de
dólares, hoy tendría por delante todas las demandas que aparecieron en el
juzgado de Griesa por aproximadamente unos 10 mil millones", precisó.
Para el ministro, el fallo del juez "no sólo pone en riesgo
el cobro de nuestros acreedores, sino también pone en una situación muy
peligrosa a los prácticamente 900 mil mil millones de dólares de títulos emitidos
con la misma cláusula pari passu".
Kicillof evaluó que "se ha llegado a un límite, se está
cuestionando la decisión del juez Griesa en tribunales ingleses y se ha
planteado una situación insostenible con su no definición sobre bonos con ley
argentina".
"Queda claro que son los fondos buitre y el juzgado de
Griesa los que tienen que dar un paso para salir de la oscuridad y pasar a la
luz. Si lo que pretenden es que esto tenga una solución para todos los
bonistas, podrían hacerlo, tienen todo a su disposición", interpretó el
funcionario.
Añadió que el país "hizo una oferta cuando reabrió el canje,
ellos no dijeron ni sí ni no, siguieron atacando, diciendo que la Argentina no
negocia; con esta actitud no veo que se pueda llegar a ningún lado".
Kicillof rechazó, por otra parte, el eventual impacto
negativo en la actividad económica ante la falta de acuerdo con los fondos
buitre.
"Así, como toda la cuestión de los buitres no tuvo un efecto
en el costo del financiamiento para la Argentina, porque los bonos siguen
valiendo lo mismo, tampoco estoy seguro de que ir y arreglar en el juzgado de
Griesa le traiga algún bien al país", explicó.
"También -agregó- hay que ver a qué llaman acordar con los
buitres. Solucionar el problema de los buitres saliendo a buscar un préstamo
enorme, como 15 mil millones de dólares, yo no diría que es una solución
demasiado atractiva. Hay quienes tienen vocación de volver al endeudamiento con
cierta nostalgia de los 90, y no lo digo por nadie en particular, pero creo que
forma parte del fenómeno que consiste en recargar la cuestión para forzar un
acuerdo a cualquier costo".