Mensaje de nochebuena
Jueves 25 de diciembre de 2014
El sumo pontífice invitó a los católicos a enfrentarse con
ternura a "las circunstancias más duras de la vida" y a dejarse
querer y acariciar por Dios "para poder ver la luz en un mundo de
tinieblas".
Francisco se expresó en estos términos durante la
celebración esta noche de la Misa
de Gallo en la Basílica
de San Pedro del Vaticano.
La Misa
de Nochebuena, que conmemora para los católicos el nacimiento de Jesús, se
inició con la procesión del Papa Francisco hacia el altar mayor al son del
canto de la "Kalenda", que en latín recorre desde la Creación hasta la noche
en la que nació Jesús, indicó un despacho de la agencia Efe.
Tras la proclamación del Santo Evangelio, el papa dirigió a
los asistentes un mensaje con el que conmemoró la llegada de Cristo y les animó
a reflexionar sobre la manera en la que se relacionan con Dios.
Durante la
Misa, Francisco aseguró que el nacimiento de Jesús fue
"una gran luz" que iluminó a los pueblos y disipó "la
oscuridad" que inundaba en mundo, desde que se cometiera "el primer
crimen de la humanidad, cuando la mano de Caín, cegado por la envidia, hirió de
muerte a su hermano Abel".
En su homilía, Bergoglio leyó el capítulo 9 del Libro de
Isaías en el que el profeta dejó escrita la frase "El pueblo que caminaba
en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les
brilló".
"La liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta
el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa
oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la
derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la
alegría", subrayó.
El Papa Francisco invitó, asimismo, a los católicos a
reflexionar sobre la manera en la que se relacionan con Dios.
"¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar
por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? 'Pero si yo busco
al Señor' -podríamos responder-. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo,
sino dejar que sea él quien me encuentre y me acaricie con cariño",
apuntó.
Tras la celebración eucarística, Bergoglio portó entre sus
brazos una imagen del Niño Jesús y lo llevó en procesión hasta el Nacimiento,
instalado en la
Basílica Vaticana.
Francisco volverá a asomarse este 25 al balcón de San Pedro
para leer su mensaje de Navidad e impartir la bendición "Urbi et
Orbi".