Distinguieron a Carlotto en Naciones Unidas "por sus extraordinarios logros en favor de la paz y los derechos humanos"

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto fue recibida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Zeid al-Hussein, que destacó su tarea y la felicitó por "sus extraordinarios logros en favor de la paz y los derechos humanos", en el marco del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que se llevó a cabo en la sede de ese organismo en Ginebra, Suiza.

Se trata del 27° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la "Promoción del Derecho a la Verdad" que se realizó en conjunto con las Misiones de Francia, Marruecos y Suiza y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, informó la Cancillería a través de un comunicado de prensa.
 
Carlotto se reunió con el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer y a continuación -en el auditorio de ese organismo- se realizó un seminario referido a la historia de las Abuelas y a la cooperación con la Cruz Roja Internacional en la búsqueda e identificación de las víctimas del terrorismo de Estado.
 
En el comunicado también informaron que, en el marco de las actividades que se llevaron a cabo esta semana en la sede de la Misión de nuestro país ante Naciones Unidas en Ginebra, se realizó un acto en el que el gobierno argentino "condecoró con la Orden de Mayo al Mérito en grado de Comendador al Reverendo Charles Harper en agradecimiento por su esfuerzo y contribución a la protección y promoción de los derechos humanos en la Argentina durante la dictadura cívico militar".
 
Además de Carlotto, participaron de ese acto, el Obispo Aldo Etchegoyen, en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), funcionarios del Consejo Mundial de Iglesias y de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y embajadores de países latinoamericanos.
 
Charles Harper es ciudadano brasileño y estadounidense, ejerció el cargo de director ejecutivo de la Oficina de Derechos Humanos para América Latina del Consejo Mundial de Iglesias entre 1973 y 1992 y hoy es pastor jubilado de la Iglesia Presbisterana.
 
Asimismo, desempeñó un papel fundamental en la definición del apoyo del Consejo Mundial de Iglesias a los exiliados argentinos y a los organismos de Derechos Humanos.