Enrique Szewach | Lunes 15 de septiembre de 2014
Tanto el Jefe de Gabinete, como el Ministro de Economía y
otros miembros relevantes del gobierno o economistas cercanos al oficialismo,
han insistido, en los últimos días, en comparar la política de expansión
cuantitativa del Banco Central de los Estados Unidos, de la Banca de
Inglaterra, o de la Banca de Japón, con la que realiza el Banco Central de la
República Argentina.
De esta manera, "justifican" dos afirmaciones de política
económica "la emisión monetaria no genera inflación, miren si no a los Estados
Unidos". "La política monetaria es reactivante, miren si no a los Estados
Unidos, y su salida de la gran recesión".
Revisar las condiciones en que ambas afirmaciones pueden ser
correctas, no es un ejercicio meramente "académico".
La actual política económica se basa en dar por válidos
ambos argumentos y la dinámica que está desatando, tiene proyecciones difíciles
de anticipar, tanto para la economía, como para la política.
Veamos, entonces.
Primero la mecánica. ¿En qué consiste la expansión
cuantitativa de la FED?.
Lo que ha hecho la Reserva Federal, desde la crisis del
2008, fue aumentar sus activos, (expandir su balance) comprando, en el mercado
secundario, a instituciones no bancarias, básicamente, Fondos de Pensión,
Compañías de Seguros, Inversores Institucionales, principalmente Letras del
Tesoro de Estados Unidos (TB), "pagando"
con reservas bancarias que se acreditan en las cuentas que dichas entidades
tienen en los bancos comerciales.
La FED, compra en operaciones de mercado abierto, títulos de
alta liquidez emitidos por el Tesoro de Estados Unidos. Estos títulos ya
estaban en el mercado, no son emisión directa del gobierno, y la FED no
financia en forma directa al gobierno.
¿Cuál es el objetivo de estas operaciones y como se
relacionan con la reactivación de la economía?. En primer lugar, dado que la
tasa de rendimiento de las Letras del Tesoro de USA a 10 años, define la "tasa
libre de riesgo" global, al comprar las TB, sube el precio y baja la tasa de
interés implícita de estos bonos. La FED de esta manera, no sólo influye en la
tasa de corto plazo, con su tasa de referencia, si no que influye en la tasa de
largo plazo, haciendo más rentables los proyectos de inversión.
A su vez, como modifica la composición del activo de los
inversores, al cambiarles TB por liquidez en cuentas a la vista que no pagan
intereses, los incentiva a comprar otros activos financieros, acciones o bonos
emitidos por empresas, de manera de financiar la inversión privada, o generar
"efecto riqueza" por el aumento del precio de esos activos.
Dicho de otra manera, la relación entre la expansión
cuantitativa de la FED y la reactivación de la economía, se da a través del
mercado de capitales, con la emisión de nuevo capital por parte de las
empresas, o "inflando" el valor de los activos financieros privados existentes,
incentivando la inversión y el consumo vía "efecto riqueza".
Del lado de su "pasivo" el Banco Central de Estados Unidos
no emitió dólares, entregó reservas bancarias, que se transforman o no en
crédito, dependiendo de la demanda y de la voluntad de los Bancos de prestar o
de mantener dichas reservas depositadas en la FED.
Para cerrar el capítulo FED, un par de números: desde
diciembre de 2007 hasta fines de agosto del 2014, los activos de la FED
crecieron un 400%. Dentro de ese aumento, la tenencia de TB creció un 222%. (El
resto fueron otro tipo de activos financieros, instrumentos hipotecarios,
principalmente).
Son estas posiciones las que, lentamente, la FED irá
desarmando en los próximos años, normalizando su balance, devolviendo los TB al
mercado, y "rescatando" las reservas bancarias. Obviamente, todo el experimento
aquí descripto no terminó, de manera que sacar conclusiones finales de "éxito"
resulta prematuro. Inclusive, como es sabido, hay voces disidentes, tanto
dentro de la FED, como en otros Bancos
Centrales, y en la academia, que consideran que la reactivación de la economía
norteamericana se dio "a pesar" de esta
política, y que sostener tasas de largo plazo tan bajas y de inflar el mercado
de capitales artificialmente, daña la selección de proyectos de inversión y
daña la productividad y tendrá consecuencias negativas en los próximos años.
Aunque a estas alturas, el amable lector/a, ya habrá
deducido las "grandes diferencias" con la política monetaria vernácula,
permítanme explicitarlas.
El Banco Central de la República Argentina, en estos años,
no ha hecho operaciones de mercado abierto de magnitud. Simplemente, ha
financiado al Tesoro directamente, depositando pesos en la cuenta bancaria de
la Tesorería, la que, a su vez, usó esos pesos, para pagar gastos corrientes.
Es decir, indirectamente, el Banco Central "puso pesos en los bolsillos de los
receptores de gasto público".
A cambio, recibió "papelitos" ilíquidos del Gobierno que, en
el corto plazo, no puede reclamar. (No puede venderlos en el mercado).
A diferencia, entonces, de la FED, no tiene activos de
calidad, y emitió pesos, no reservas bancarias.
Esos pesos, fueron a la demanda de bienes y servicios, que,
al enfrentar una oferta limitada (ahora vuelvo sobre esto), terminó y termina
en los precios.
Por otra parte, dado el escaso tamaño del mercado de
capitales privado, y la necesidad de financiamiento del gobierno, en todos sus
niveles, lejos de incentivar la expansión del financiamiento de la inversión privada, (salvo el "crédito
dirigido y limitado" a ciertos sectores y/o amigos), como hizo la FED, gran
parte del crédito ha ido a parar al sector público, pese al récord de presión
tributaria.
Asimismo, las reservas en dólares del Banco Central (su
principal activo líquido), fueron utilizadas en gran parte para pagar deuda
pública, otra vez, a cambio de "papelitos" ilíquidos del gobierno nacional.
La caída de reservas, llevó al racionamiento de las
importaciones, (para no reconocer el verdadero precio del dólar), lo que, a su
vez, obligó al freno de la oferta de
bienes a estos precios.
Por lo tanto, emisión para financiar al gobierno, e
incentivar la demanda. Y racionamiento de divisas y caída del crédito que
frenaron la oferta. (En los primeros ocho meses del año el crédito al sector
privado cayó más del 10% en términos reales).
Resultado inflación creciente y recesión.
Algunos numeritos para comparar.
Entre diciembre del 2007 y agosto del 2014, el activo del
BCRA creció un 300%. En el 2007 las reservas representaban el 63% del activo,
mientras que los "papelitos" sin liquidez equivalían al 25%.
En agosto del 2014, el esquema se dio vuelta, las reservas
equivalen sólo al 25% del activo, mientras el stock de deuda ilíquida
representa el 65%.
Estos números explican claramente el descontrol nominal en
el que estamos metidos, y la dificultad de revertir esta situación. (Al
contrario de la FED "normalizar" el balance del Banco Central, implica que el
gobierno cancele deuda pública).
Espero que, después de leer estas líneas, haya quedado claro, no sólo que lo que hace la FED no tiene nada que ver
con lo que hace el BCRA, sino también que, mientras que la política económica
"simule" que se parecen, la dinámica del descontrol nominal será creciente,
como la inflación y la recesión.
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