Claudio Morresi | Viernes 11 de julio de 2014
Pasaron
36 años del primer título mundial ganado por Argentina en 1978 y en ese lapso,
fueron cuatro las finales a las que accedió la selección, por lo que semejante
logro deportivo debe generar orgullo a un país que, estando al sur del sur, se
encuentra entre los mejores del mundo.
Si
profundizamos y analizamos el entorno social en lo que respecta al
funcionamiento de la democracia y el irrestricto respeto por los Derechos
Humanos en el cual se jugó cada final, ese orgullo se debe potenciar por todo
lo logrado.
La
final de 1978 se realizó durante una de las etapas más negras de la historia de
nuestro país. El dictador Jorge Videla intentó utilizar al fútbol para ocultar
los crímenes de lesa humanidad que cometía. Una dictadura militar salvaje que
contó con complicidad civil para aplicar un terrorismo de Estado y un modelo
neoliberal que comenzó a dañar de forma irreparable a la patria.
La
final del 1986 encontró al país trabajando día a día para consolidar la
democracia lograda tres años antes. En esa lucha diaria, comenzó el juicio a
los responsables del terrorismo de Estado pero la presión del poder militar
empezó a plantar la semilla del Punto Final y la Obediencia Debida.
El
presidente Raúl Alfonsín recibía a los campeones en la Casa Rosada y en una
demostración de no sacar rédito político del triunfo, dejaba sólo al plantel en
el balcón para que disfrutara con el pueblo.
La
final de 1990 se jugó con todos los responsables del terrorismo de Estado en
libertad, tras haber firmado Carlos Menem el indulto a torturadores, asesinos y
apropiadores de niños.
Era un
tiempo en el que los grupos económicos concentrados maximizaban sus ganancias
mientras el país cerraba sus fábricas, expulsaba a sus científicos y condenaba
a la miseria a grandes sectores del pueblo argentino.
La
final del 2014 nos encuentra con una democracia fortalecida al haber un Estado
presente, que juzga a los responsables de la dictadura cívico militar. Al día
de hoy se encuentran condenadas 531 personas por delitos de lesa humanidad y
1.135 están procesadas esperando justicia.
Hoy
también es un tiempo en el que a los grupos económicos concentrados nacionales
y extranjeros se los enfrenta para salvaguardar a las fábricas que se abrieron,
a los científicos que regresaron y a los millones de argentinos que tuvieron un
ascenso social en estos años.
Argentina
jugará el domingo otra final por la Copa del Mundo. La celeste y blanca
flameará bien alto. Felicitaciones argentinos por todo lo logrado!.
Claudio
Morresi
Ex
secretario de Deporte de la Nación y actual secretario del Observatorio
Nacional del Deporte.
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