Hermes Binner | Sábado 28 de junio de 2014
El juez Lijo acaba de procesar al vicepresidente de la
Nación, Amado Boudou, por los delitos de cohecho pasivo (aceptar coimas) y
negociaciones incompatibles con la función pública, junto con los titulares de
Ciccone y un funcionario de la AFIP. El ilícito que se le imputa fue cometido
cuando se desempeñaba como Ministro de Economía, cargo del que se valió y que
utilizó justamente para cometer el delito.
No hay antecedentes en la historia política argentina de un
procesamiento a un vicepresidente en ejercicio.
En Uruguay, el Ministro de Economía Fernando Lorenzo
presentó su renuncia ante la inminencia de su procesamiento por "abuso de
funciones", hecho que fue anunciado públicamente por el presidente Mujica.
En Brasil, el jefe de la Casa Civil (especie de Jefatura de
Gabinete) José Dirceu renunció a su cargo por las denuncias de corrupción.
Volvió a su banca de diputado, pero frente a al inicio del juicio político en
su contra, también renunció como legislador
En ambos casos la figuras presidenciales (Mujica y Lula)
salieron fortalecidas.
Cualquier gobierno pierde credibilidad frente al
procesamiento de altos funcionarios por casos de corrupción. Esta desconfianza
se acrecienta si desde la Presidencia de la Nación no se toman medidas claras y
ejemplificadoras ante la grave sospecha de comisión de un delito, como lo es un
auto de procesamiento.
Este gobierno ha actuado de manera diametralmente opuesta a
los ejemplos de Brasil y Uruguay. Aquí no sólo no se le pidió la renuncia al
funcionario sospechado, sino que se presionó a la justicia para evitar que
avanzara la investigación (Righi/Reposo, Rafecas, amenazas a testigos).
El vicepresidente de la Nación debe apartarse del cargo para
no seguir dañando al gobierno y socavando la credibilidad en las instituciones.
Si no es así, la división entre política y sociedad civil se profundizará aún
más y resultará cada vez más difícil concretar los necesarios consensos
nacionales para afrontar las dificultades sociales y económicas que están
comenzando a vislumbrarse.
Por Hermes Binner,
Diputado Nacional.
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