Los índices privados de pobreza, con el elaborado por la
Universidad Católica (UCA) a la cabeza, son utilizados por el discurso opositor
como verdad estadística que, sin embargo, distan bastante de la realidad y
carecen de un mínimo aceptable de seriedad técnica.
Ya señalamos oportunamente cuando se afirmaba que la pobreza
superaba el 35% que la utilización del discurso opositor bajo el formato
estadístico es otro fetichismo de estos días sin oposición político-partidaria
sólida. Una de las más prolíficas en visibilidad en medios opositores advierte
sobre la evolución de la pobreza reciente y puebla habitualmente diarios y
revistas que adversan al gobierno nacional.
Es "la Iglesia" la que hoy divulga cifras de pobreza
generadas en la universidad privada UCA, aprovechando el imaginario que supone
a la institución católica "comprometida con los que menos tienen" y el impulso
adicional que, según suponen, se sucede tras la asunción del papa Francisco.
Marketing celestial, pero arbitrario y contradictorio, veamos su extravagante
periplo.
En noviembre de 2011, el Observatorio de la Deuda Social de
la UCA le hacía decir al diario opositor La Nación: "Un cóctel preocupante de
pobreza, inseguridad, riesgo alimentario, empleo precario y déficit de
viviendas envuelve a gran parte de los 12,8 millones de personas que viven en
el área metropolitana de Buenos Aires, formada por la Capital Federal y treinta
municipios aledaños".
Así lo reflejaba un informe de Cáritas, brazo social de la
Iglesia, y el Observatorio de la Deuda Social, que señalaba que el 34,9% de la
población, unos 4,4 millones de personas en esa área metropolitana, vive bajo
la línea de pobreza.
Señalábamos en 2011 al respecto: "Se conoció
recientemente en la tapa de un importante matutino nacional un estudio sobre
pobreza realizado en el área metropolitana de Buenos Aires, formada por la
Capital Federal y treinta municipios aledaños, donde residen 12,8 millones de
personas. Fue presentado por Cáritas, el brazo social de la Iglesia, y
realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina. El estudio afirma
que actualmente, en esa región metropolitana, el 34,9 por ciento de la
población residente es pobre por ingresos.
"El brazo social de la Iglesia se equivoca. Erraba en
2009 cuando insistía en que la pobreza era del 30,9%, y seguía equivocándose en
2011 cuando suponía que haía trepado cinco puntos adicionales tras descenso en
el desempleo y fuerte crecimiento del lapso 2009-2011."
Seis meses después, el mismo Observatorio Católico privado
le hacía publicar al mismo matutino opositor: "Contra lo que dice el INDEC y
pese al crecimiento a 'tasas chinas' de los últimos años, casi el 22% de la
población vive aún bajo la línea de pobreza, con un 'núcleo duro' de indigencia
del 5,4%".
Sostuvimos entonces que, al contrario del informe anterior
del Observatorio Católico privado que mostraba un nivel de pobreza delirante
del 34,9%, no existía ningún ejemplo planetario de reducción tan drástica de la
pobreza en tan corto lapso como el que señalan ahora los informes de la UCA que
la ubicaban en el 22%: ¡Una baja en la pobreza del 34,9% al 22% de la población
en un semestre!
Trece puntos de pobreza menos en seis meses. Según el
Observatorio privado en aquel semestre abandonaron la pobreza 5,2 millones de personas. A razón de 860 mil
pobres menos por mes, 28.600 por día, 1.192 por hora, casi veinte por minuto.
Medalla de Oro Olímpico en baja de la pobreza. Si fuera cierto, pero !ay!
Tampoco lo fue.
Nos enteramos luego que según la misma entidad vinculada a la
UCA, que la pobreza volvió a trepar de manera apabullante.
Se leía entonces en el opositor matutino Clarín, que le
asignaba su tapa catastrófica al informe: Según un relevamiento de la
Universidad Católica, a finales de 2012 la pobreza alcanzaba a unos 11 millones
de personas, el 26,9% de la población.
Esto suponía que en seis meses nuevamente la pobreza había
crecido, esta vez cinco puntos, cifra módica respecto a los barquinazos que nos
tiene acostumbrado el Observatorio de la UCA. Se trataba de dos millones de
personas adicionales respecto al último valor informado por el mismo
Observatorio privado a mediados del año 2012, donde decían que había caído 13
puntos respecto a la medición del mismo Observatorio Católico de un semestre
anterior.
Ahora mismo se señala una nueva suba en la pobreza y se fija
la indigencia en 5,5% en el mismo momento en que el mismo Juan Carr y un grupo
de expertos afirman que uno de cada 22 argentinos es indigente, esto es el 4,5%
de la población un 25% por debajo de los valores de la UCA.
Hay inconsistencias tan notables en el nivel de incidencia
de la pobreza e indigencia que informa el estudio que hasta pareciera increíble
que se las propale sin medir las consecuencias políticas que supone que una
institución de connotación religiosa distorsione datos sobre cuestiones tan
sensibles a la comunidad como los niveles de pobreza. Veamos las pifias más de
cerca.
Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina,
consultora opositora, vinculada con la universidad privada UCA, existen hoy un
27,5 por ciento de pobres. Esto es un nivel similar de pobreza que el de 2006,
más precisamente la existente en el segundo semestre de aquel año, cuando la
pobreza, según el impoluto INDEC de entonces, ascendía a 26,9% por ciento a
nivel nacional.
En ese momento concurrían cuatro factores que, analizados en
conjunto, desbaratan de raíz el cálculo falaz del Observatorio de la Deuda
Social.
El 6,4 por ciento de desocupación de hoy contrasta con el
8,7 en 2006, en tanto el subempleo se ubica hoy dos puntos por debajo de los
niveles del año 2006.
El trabajo informal, hoy del 34 por ciento, en 2006 llegaba
al 44,5%
Hoy existe la Asignación Universal por Hijo, que transfiere
el equivalente al 25% del total de ingresos de hogares beneficiarios, cuando en
2006 no existía.
Existen hoy 2,7 millones de nuevos jubilados el equivalente
al 45,5% del total de la base previsional y en el año 2006 se lanzaba la
moratoria se habían incorporado apenas 400.000.
Apoyada por las cifras de la universidad privada UCA,
tendríamos los mismos niveles de pobreza que en el segundo semestre de 2006,
cuando se observaba un 30% más de desempleo abierto y trabajo informal que en
la actualidad y aún no existía la Asignación Universal por Hijo y
2,2 millones
menos de ciudadanos cubiertos por el sistema previsional.
Un disparate por donde se lo mire que, sin embargo, se
propala con furia por el sistema de medios opositores en busca de cubrir con
ello el gran bache que supone no disponer de una oposición político partidaria
que tenga chances de unificarse para ser competitiva de cara a las elecciones
del año próximo. Lástima grande, conmueve (poco) tanto ruido de medios.