Venezuela convulsionada
Lunes 17 de febrero de 2014
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,
ha pedido este domingo que tres funcionarios de la Embajada de Estados Unidos
en Caracas sean declarados 'personas non grata' y expulsados del país por
mantener reuniones "conspirativas" contra el Gobierno con miembros de
la oposición.
Maduro advirtió que "la revolución no
va a renunciar"
El radicalismo se diferenció del gobierno y
condenó "enérgicamente la represión en Venezuela"
Asimismo, el mandatario ha asegurado que el
embajador venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy
Chanderton, ha recibido una llamada telefónica del Departamento de Estado en la
que se pidió a Caracas que dialogara con la oposición.
"Un funcionario, Alex Lee, subsecretario adjunto para América del
Sur, le transmitió un mensaje al gobierno de Venezuela: Le dijo que Estados
Unidos le exigía al pueblo de Venezuela que se sentara a dialogar con la
oposición; en segundo lugar, que dejáramos en libertad a todos los detenidos
por los disturbios recientes; y en tercer lugar, dijo 'el arresto del señor
Leopoldo López podría causar muchas consecuencias negativas con sus
ramificaciones internacionales' y solicitó que se detuvieran las medidas
judiciales (en su contra)", ha dicho.
"Mandé a responder diplomáticamente, como debe ser. Le mandé a
decir al Departamento de Estado: No acepto amenazas de nadie en este mundo; no
habrá fuerza que nos detenga a los bolivarianos venezolanos en la tarea de
hacer justicia y vencer al fascismo; y tercer mensaje, en Venezuela estamos
dispuestos a llegar hasta la última consecuencia en la defensa de la paz,
nuestra independencia y nuestra democracia, que se entienda en el mundo",
ha agregado.
En
este sentido, ha indicado que dichas exigencias son "inaceptables" y
ha recalcado que "Venezuela no recibe órdenes de nadie", según ha
informado la agencia estatal venezolana de noticias, AVN.
"Por si alguien lo duda, en Venezuela está en marcha un plan para
crear una crisis política y justificar un golpe de Estado. Los patriotas
debemos estar claros de dónde estamos parados, qué representamos en este
momento de la historia", ha remachado Maduro.
El
pasado miércoles, oficialismo y oposición salieron a las calles para celebrar
el Día de la Juventud y, aunque en un principio las marchas transcurrieron con
normalidad, finalmente se produjo un enfrentamiento a la altura de la sede de
la Fiscalía.
De
acuerdo con la oposición, un grupo de estudiantes se desvió hacia el Ministerio
Público para exigir la liberación de los compañeros detenidos en semanas
anteriores y uno de los llamados colectivos --grupos de choque pro
gubernamentales-- les interceptó.
El
Gobierno, en cambio, asegura que los estudiantes se dirigían a la sede de la
Fiscalía con la intención de asaltarla y que las fuerzas de seguridad se lo
impidieron, aunque no ha explicado la presencia de estos colectivos.
Como consecuencia de ello, un policía y miembro de estos colectivos y un
joven murieron, a los que horas después se sumó otro estudiante en Chacao.
Además, 66 personas resultaron heridas y unas 70 fueron detenidas, según el
Gobierno --200, según varias ONG--.
El
Gobierno ha acusado al líder opositor Leopoldo López de orquestar los
enfrentamientos frente a la sede del Ministerio Público y ha ordenado su
captura como "autor intelectual". López ha restado importancia a las
amenazas y ha instado a "marchar con irreverencia".
Desde entonces, oficialismo y oposición han vuelto a salir a las calles.
Los estudiantes han protagonizado manifestaciones en varias ciudades para
exigir la liberación de los detenidos, lo que ha dado lugar a nuevos
enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El
Ejecutivo ha advertido de que "se está gestando un golpe de Estado"
que "podría llevar a Venezuela a una guerra civil". Maduro ha
aclarado que "no cederá ni un milímetro de su poder" y que, de ser
necesario, llevará la Revolución Bolivariana "más allá de sus
límites".
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