Los modales para otro día...
Viernes 24 de enero de 2014
El canciller uruguayo, Luis Almagro, afirmó que "se
pudrió todo" en las relaciones entre su país y Argentina a raíz del
aumento de producción de la planta papelera de la empresa finlandesa UPM,
situada en la frontera común sobre el río Uruguay.
"A partir de esa decisión, ciertos temas implosionaron
y generaron estos espacios", declaró Almagro a la emisora local radio
Sarandí, en referencia a las recientes tensiones entre ambos Estados.
Entre estos conflictos destacan las restricciones que
Argentina impuso en noviembre al transbordo de mercancías de sus barcos en el
puerto de Montevideo, y que provocó un descenso de más del 40 % en el tráfico
marítimo en la capital uruguaya, según datos del Centro de Navegación uruguayo
(Cennave).
Almagro calificó esta situación de "desastre para el
comercio", y afirmó que estas medidas "se enmarcan en una lógica
perversa" de la relación bilateral.
El canciller opinó además que "los países tienen que
tomar decisiones en función del respeto que se tengan a sí mismos" y
reiteró que la autorización para UPM fue dictada "por el ministerio
competente y por el presidente de la República".
Almagro se entrevistó con su homólogo argentino, Héctor
Timmerman, durante la reunión de los estados parte de la Convención
Interamericana de Derechos Humanos que se desarrolló esta semana en Montevideo.
Se trató de la primera reunión de alto nivel entre ambos
países desde que el pasado mes de octubre el gobierno uruguayo autorizase el
aumento de producción de la papelera UPM.
Almagro no descartó que fuese a producirse un encuentro
entre la presidenta argentina, Cristina Fernández, y el mandatario uruguayo,
José Mujica, cuando coincidan en la cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebra en Cuba el 28 y 29 de
enero.
Ya a comienzos de este mes, Mujica declaró al diario chileno
"El Mercurio" que la relación con Argentina estaba
"atascada", y acusó al país vecino de contaminar las aguas del
fronterizo río Uruguay porque sus empresas papeleras "son muy
antiguas".
El aumento de producción de la planta de celulosa de UPM,
fijado en 100.000 toneladas anuales frente al 1.100.000 actuales y autorizado
en octubre por el presidente Mujica, provocó el rechazo de Argentina, que
amenazó con recurrir de nuevo a la Corte Internacional de La Haya para dirimir
el conflicto.
La instalación de UPM en 2005, cuestionado por
ambientalistas argentinos que cortaron un puente internacional en la frontera
común, desató la mayor crisis bilateral entre ambos países en décadas.
Se solventó en 2010 tras un fallo de la Corte de la Haya que
dictaminó que la papelera no contaminaba, pero que Uruguay no había informado
debidamente a Argentina sobre los detalles de la construcción.
El fallo ordenó, además, crear una comisión conjunta para
vigilar y controlar la contaminación en el entorno de UPM.
TEMAS RELACIONADOS: