Siguen coleccionando justas condenas
Martes 03 de diciembre de 2013
Los represores Reynaldo Bignone y Santiago Omar Riveros
fueron condenados hoy a duras penas de prisión por el secuestro y desaparición
del dirigente montonero Roberto Quieto y la apropiación de dos chicos, Gabriel
Matías Cevasco y Martín Amarilla, hoy nietos restituidos.
El Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín impuso 25 años y
seis meses de prisión a Riveros, ex jefe de Institutos Militares, y 23 años al
ex dictador Bignone, en el noveno juicio por crímenes de lesa humanidad
cometidos en jurisdicción de Campo de Mayo durante la última dictadura
También fueron condenados los apropiadores Aída Blandina
Pizzoni a 5 años y seis meses de prisión, Roberto Duarte a 5 años y Margarita
Noemí Fernández a 5 años, mientras que los civiles Liliana Alvarez, Alicia
Rodríguez y Jorge Buffe fueron absueltos.
El Tribunal leyó la parte dispositiva del fallo, cuyos
fundamentos se conocerán el próximo 17 de diciembre al mediodía.
"Estoy conforme con la actuación del Tribunal, en un
proceso que considero inobjetable, en el que fueron consideradas las peticiones
de cada una de las partes y se facilitó la presentación de pruebas y
testigos", dijo Guido Quieto, querellante en la causa por el secuestro de
su padre, en declaraciones a Télam.
El debate comenzó el 17 de octubre último, a cargo de los
jueces Héctor Sagretti, Marta Milloc y Daniel Petrone.
Además del fiscal Marcelo García Berro y el fiscal ad hoc
Guillermo Silva, acusaron la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de
la Nación y la de Guido Quieto, quien a los seis años presenció, el 28 de
diciembre de 1975, el secuestro de su padre.
Guido destacó que las penas de la sentencia fueron las
pedidas por fiscalía y querellas, incluido el agravante por tormentos.
"También estoy muy conforme con el comportamiento de la
fiscalía, que en su alegato final solicitó una sanción para el fiscal de instrucción" Jorge Sica, ya sustituido y,
para el querellante, responsable principal de la demora en el comienzo de este
juicio.
Esta demora implicó por ejemplo que "el ministro del
Interior de la dictadura, Albano Harguindeguy, se muriera antes de que comenzara
el juicio oral", puntualizó.
"Voy a persistir hasta lograr (en la instrucción,
también) el procesamiento de la gente que participó en la detención y en las
torturas que sufrió mi viejo. Fuimos por la cabeza, ahora iremos por lo que
está más abajo", dijo Guido, que lleva una década como querellante en la
causa por el secuestro de su padre.
Por testimonios de su familia, se sabe que Roberto Quieto
fue secuestrado por una patota militar en el anochecer del 28 de diciembre de
1975, en una playa de Martínez, norte del Gran Buenos Aires.
Después, fue visto en el centro clandestino El Campito, en
Campo de Mayo, la mayor guarnición militar del país y uno de los tres
principales centro clandestinos de detención, torturas y exterminio de la
dictadura, junto a la ESMA y La Perla.
Tras la negativa de Riveros a prestar declaración en este
juicio, el primer testimonio que recibió el Tribunal fue el de Martín Gras,
amigo de Quieto y sobreviviente de la ESMA.
Gras relató que, durante su cautiverio, un represor que lo
interrogaba, al que después reconoció como Miguel Conde, le aseguró que había
interrogado a Quieto en Campo de Mayo.
En la audiencia final, antes de la sentencia, ninguno de los
acusados quiso usar su derecho de decirle "últimas palabras" al
Tribunal.
El juicio también investigó la apropiación de Gabriel Matías
Cevasco, secuestrado junto a su madre -que sigue desaparecida- cuando tenía
tres meses, el 11 de enero de 1977, y luego criado por personas que le dijeron
que era adoptado.
Después de sospechas que tuvo en la adolescencia, en el 2000
Cevasco se hizo un examen de ADN y por el resultado supo que era hijo de
Enrique Horacio Cevasco y María Delia Leiva.
El otro nieto recuperado, Martín, hijo de Guillermo Amarilla
y Marcela Molfino, dos militantes montoneros secuestrados en 1979 y que
permanecen desaparecidos, fue apropiado por un agente de inteligencia del
Ejército y recuperó su identidad en 2009.
El juicio concluido hoy fue el noveno de la megacausa de
Campo de Mayo, desde el primero realizado en el 2009 por el secuestro y
asesinato de Floreal Avellaneda, un militante de la Federación Juvenil
Comunista de 14 años.
Según estimaciones, durante el terrorismo de estado de la
última dictadura pasaron por Campo de Mayo más de 5.000 mil personas secuestradas.
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