Germán Gorraiz López | Viernes 08 de noviembre de 2013
Según la encuesta sobre derechos civiles "Association for
Civil Rights in Israel Annual Report for 2007" publicada por el diario Haaretz , " el número de judíos que
manifiestan sentimientos de odio hacia los árabes se ha doblado, pues el 50% de
los judíos israelíes se opondrían ya a la igualdad de derechos de sus
compatriotas árabes".Así, el ex-Presidente Jimmy Carter que pasó a la Historia
al lograr el histórico acuerdo de Camp David entre Israel y Egipto en 1979, se
habría distanciado de la política de los sucesivos Gobiernos de Netanyahu y en
su libro 'Palestina, Paz no Apartheid',
Carter denuncia el "sistema de apartheid que Israel aplica sobre los
palestinos".
Asimismo, denuncia "el incumplimiento por parte de Israel
de los compromisos adquiridos en el 2003
bajo los auspicios de George W. Bush", que incluían las exigencias de la
congelación total y permanente de los
asentamientos de colonos judíos en Cisjordania así como el Derecho al retorno de los cerca de 800.00
palestinos que se vieron forzados a abandonar Israel tras su constitución
como Estado en 1.948 (nakba). Dicha hoja
de ruta fue aceptada inicialmente por Israel y ratificada posteriormente por
Olmert y Abbas en la Cumbre de Annapolis(2007) con la exigencia de "finiquitar
la política de construcción de asentamientos en Cisjordania y flexibilizar los
controles militares que constriñen hasta el paroxismo la vida diaria de los
palestinos".
El mensaje diáfano de Carter sería que "la paz es posible a
través del diálogo y que Israel y Estados Unidos tienen que negociar con Hamás
y con Siria, dos actores cruciales en la política de Oriente Próximo" , postulados que serían un misil en la línea de
flotación de la nueva doctrina del Gobierno de Netanyahu que aspira a resucitar
el endemismo del Gran Israel (Eretz Israel), ente que intentaría aunar los conceptos antitéticos del atavismo
del Gran Israel que bebe de las fuentes del sustrato bíblico y la concepción de un estado democrático incardinado en el siglo XXI, heredero de los
postulados ideológicos de Theodor Herzl, considerado el Padre del actual Estado
de Israel y fundador del sionismo. Así, Herzl en su libro "El Estado judío:
ensayo de una solución moderna de la cuestión judía", propuso la creación de un
Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo al tiempo
que promovió la creación de la OSM (Organización Sionista Mundial) y en su obra
"La vieja Nueva Tierra"(1902), sienta las bases del actual Estado judío como
una utopía de nación moderna, democrática y próspera.
Por su parte, el Proyecto del Gran Israel (Eretz Israel), sería hijo del atavismo bíblico y
bebería de las fuentes de Génesis 15:18, que señala que " hace 4.000
años, el título de propiedad de toda la tierra existente entre el Río Nilo de
Egipto y el Río Eúfrates fue legado al patriarca hebreo Abraham y trasferida
posteriormente a sus descendientes", lo que supondría la restauración de la
Declaración Balfour (1.917), que dibujaba un Estado de Israel dotado de una
vasta extensión cercana a las 46.000 millas cuadradas y que se extendía desde
el Mediteráneo al este del Éufrates abarcando
Siria, Líbano, parte noriental de Irak , parte norte de Arabia Saudí , la
franja costera del Mar Rojo y la Península del Sinaí en Egipto así como
Jordania, que pasaría a denominarse Palesjordán tras ser obligado a acoger a
toda la población palestina de las actuales Cisjordania y Gaza forzada a una
diáspora masiva ( nueva nakba).
Dicha doctrina tendría como principal adalid a Isaac Shamir
al defender que "Judea y Samaria (términos bíblicos de la actual Cisjordania)
son parte integral de la tierra de Israel. No han sido capturadas ni van a ser
devueltas a nadie", doctrina en la que se basarían los postulados actuales del
partido Likud liderado por Netanyahu quien aspira a convertir a Jerusalén en la
"capital indivisible del nuevo Israel", tras la invasión de su parte oriental
tras la Guerra de los Seis Días (1.967). Además,el plan de Netanyahu tendría
como objetivo inequívoco pasar a controlar el 20% de la actual Cisjordania
palestina mediante la anexión de los actuales asentamientos de colonias al
tiempo que se reservaría en cualquier caso el 80% de las capas freáticas del
subsuelo de Cisjordania, condenando a la deshidratación demográfica y política
a la actual Cisjordania palestina de Abbas, pues Netanyahu considera que el
diseño de las actuales fronteras delimitadas por la ONU en 1.947 encorsetarían
las necesidades defensivas de Israel e impedirían la posterior
implementación del Gran Israel.
Por otra parte, las principales organizaciones pro-Israel de
EEUU, (AIPAC y Lobby Antidifamación), junto con millonarios judíos financiarían
más del 60 % de las contribuciones que recibe el Partido Demócrata así como el
35 % de las contribuciones políticas que recibe el Partido Republicano,
destacando Sheldon Adelson quien según
el Center for Responsive Politics habría donado cerca de 100 millones $ en la
campaña Presidencial del 2012 para evitar la victoria del "socialista Obama".
En la actualidad, la AIPAC sería el más influyente grupo de
presión pro-ísraelí en EEUU pues cuenta con más de 100.000 miembros (150 de
ellos dedicados exclusivamente a presionar al Congreso, a la Casa Blanca y
todos los organismos administrativos en la toma de decisiones políticas que
puedan afectar a los intereses del Estado de Israel) , por lo que Netanyahu
acudió a Washington con el objetivo inequívoco de lograr su ayuda en un
desesperado intento de convencer a Obama de que "contener los planes nucleares
de Irán es en estos momentos mucho más importante que frenar los asentamientos
judíos".
Aunque siempre se ha creído que la AIPAC sería un "gobierno
virtual" que teledirigiría la política exterior de EEUU en función de los
intereses israelíes, la realidad sería que el lobby pro-israelí tiene verdadero
peso en los ámbitos del poder porque EE.UU. e Israel casi siempre han
compartido idénticos intereses geopolíticos desde la fundación del Estado de
Israel en 1.948. Así, EE.UU. contaría con Israel para mantener a los Estados
árabes de Oriente Próximo bajo la amenaza constante de ataque, (asegurándose de
paso que se mantengan serviles ante Washington) e Israel no podría seguir
existiendo en su forma actual sin el fuerte apoyo político y material que
recibe de EE.UU. ( más de 3.500 millones de dólares en ayuda militar).
Sin embargo, la información proporcionada por el diario
'Maariv' de que el Gobierno de Netanyahu planea edificar 1.500 viviendas nuevas
en colonias judías de Cisjordania y Jerusalén Este (como gesto para apaciguar
las críticas de la derecha por la reciente liberación de 29 presos palestinos)
además de la construcción de una verja de separación en el Valle del Jordán,
(territorio ocupado por Israel en 1967 y que no piensa abandonar aún en caso de
llegarse un acuerdo con las autoridades Palestina), podría provocar el
estancamiento "sine die" de la enésima ronda de conversaciones de paz
palestino-israelíes y la escenificación de un nuevo desencuentro Netanyahu-Obama.
Así, el Secretario de Estado de EEUU, John Kerry destacó que
los asentamientos judíos son "ilegítimos" y rechazó que los
palestinos hubiesen aceptado nuevas construcciones en los asentamientos a
cambio de la puesta en libertad de los terroristas presos. A ello se uniría el
hecho de que en el terreno político la Administración Obama afronta una intensa
oposición tanto del Congreso legislativo como de sus principales aliados en
Oriente Próximo ( Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Israel), que serían
partidarios de implementar nuevas sanciones contra Irán, aunque Obama habría
conseguido que el principal lobby pro-israelí
(AIPAC) le conceda una moratoria de dos meses en sus negociaciones con Irán para intentar resolver el
contencioso nuclear iraní antes de volver a implementar nuevas sanciones contra
Irán.
Nos encontraríamos pues en un momento crucial para definir
el futuro mediato de Oriente Próximo y Medio (Oriente PROME), pues si fracasa
la vía diplomática de Obama, aumentaría la presión del lobby pro-israelí de
EEUU ( AIPAC) para proceder a la desestabilización de Irán y Siria por métodos
expeditivos, momento que será utilizado por EEUU, Gran Bretaña e Israel para
proceder a rediseñar la cartografía del puzzle inconexo formado por dichos países
y así lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo
el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Gran
Bretaña, Estados Unidos e Israel y que contaría con el respaldo de los
principales aliados occidentales.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista
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