Leandro Selén | Sábado 02 de noviembre de 2013
Los resultados adversos obtenidos por el Frente para la
Victoria en algunas provincias, propalados por algunos medios de comunicación
como los únicos posibles, no empañan la performance nacional de una fuerza
política que tras diez años de gestión, continua como primera minoría a nivel
nacional.
El proyecto político ganador con representatividad a nivel
nacional en estas últimas elecciones es sin dudas el Frente para la Victoria. Y
no porque haya ganado en la mayoría de los distritos, algo que no sucedió, pero
sí porque fue la única fuerza que sumó votos en todo el país. Y esa sumatoria
la ubicó al frente del resto. Además, porque las derrotas registradas en
lugares como Buenos Aires, Ciudad y Provincia, en Córdoba, en Santa Fe o en
Chubut, por caso, fueron ante individualidades representadas por fuerzas
políticas más que ante partidos con proyección nacional. Muy poco tienen en
común los candidatos que resultaron triunfantes en estas provincias. Y entre lo
poco que tienen en común, lo más destacado por ellos mismos es que todos se
consideran presidenciables.
Pero en la sumatoria, el kirchnerismo resultó triunfante
tanto en la elección de diputados como la de senadores. Con una media de 35 por
ciento entre ambas, el FpV sacó entre 12 y 17 puntos de ventaja a su inmediato
perseguidor, que en ninguno de los casos resultó la misma fuerza, lo cual
evidencia aun más la potencia del ganador.
Para diputados, con 32,68 por ciento, el FpV le sacó casi 12
puntos a la UCR, segunda fuerza, con 20,72. Acá, el PRO sacó 8,62 por ciento,
ubicándose cuarto.
Para senadores, el Frente para la Victoria logró 37,75 por
ciento, más de 17 puntos por encima del PRO que consiguió 20,51 de los votos.
En este caso, la UCR sacó 12,73 y terminó tercera.
Pero los números son más elocuentes a la hora de contar los
legisladores conseguidos por cada fuerza, más allá de la cantidad de votos.
El Frente para la Victoria se alzó con 48 diputados de los
127 puestos en juego, es decir casi 40 por ciento de los mismos y 54 por ciento
más que los 31 legisladores alcanzados por la UCR y aliados. Y el PRO, también
junto a aliados, solo 13.
En senadores, el kirchnerismo consiguió 15 de los 24
elegidos, más de 60 por ciento de las bancas, cuatro veces más que la segunda
fuerza, el PRO, que junto a aliados, obtuvo 4.
Las derrotas provinciales que el kirchnerismo registró, y
que sirvieron de comidilla de análisis y conjeturas, para medios de prensa y
dirigentes de la oposición, sin embargo, no fueron frente a fuerzas políticas
con proyección nacional, sino frente a individualidades políticas.
En el caso más resonante, como fue la provincia de Buenos
Aires, la derrota fue ante un partido, como lo es Frente Renovador, con
representación solo en este distrito. La derrota fue ante el intendente de
Tigre, Sergio Massa, y no ante una fuerza política nacional. Si bien a nivel
distrital los números sonaron fuerte, porque Massa se impuso por casi 44 por
ciento a 32 al kirchnerismo, a nivel nacional este triunfo significó tan solo
16,5 por ciento del total de votos. Le sirvió a Massa para obtener 19 diputados
(de los cuales ya se le fueron 3), menos de la mitad de los 48 que sumó el FpV.
En tanto que en senadores, su ausencia es absoluta.
Lo mismo sucedió en la Ciudad de Buenos Aires, donde el
vencedor PRO, conducido por el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no
alcanza a tener representación más que en seis provincias, de las cuales
participó solo en cinco en estas elecciones, quedando al margen el distrito más
populoso: la provincia de Buenos Aires. A nivel nacional, en el caso de
senadores, el PRO fue segunda fuerza, con 20,51 por ciento, pero más de 17
puntos por debajo del kirchnerismo. Y para diputados, quedó cuarta, con apenas
8,62 por ciento, a 24 puntos de distancia del FpV.
En Santa Fe, el Frente Progresista Cívico y Social, del
diputado electo Hermes Binner, tampoco tiene presencia más allá de un puñado de
provincias. Si bien en muchas de ellas, cuenta como aliado a la UCR, tampoco en
la sumatoria, estas fuerzas alcanzaron resultados importantes.
Aun sumando el holgado triunfo de Binner en Santa Fe, y el
del radical Julio Cobos en Mendoza, las buenas performances de Margarita
Stolbizer en la provincia de Buenos Aires, y de Oscar Aguad en Córdoba, esta
unión de fuerzas políticas solo se ubicó como segunda a nivel nacional en
diputados, con casi 21 por ciento, pero 12 puntos por debajo del ganador Frente
para la Victoria; y en senadores, quedó tercera, al obtener 12,73 por ciento, a
25 puntos de distancia del también triunfante kirchnerismo.
Otros casos significativos en cuanto a triunfos individuales,
sin correlato a nivel nacional se dieron en Córdoba y en Chubut.
En el caso de la provincia mediterránea, Unión por Córdoba,
del gobernante José Manuel de la Sota, es un partido con representación solo en
este distrito, y apenas ganó la elección sin superar el 27 por ciento.
En la Patagonia, la fuerza ganadora de Mario Das Neves,
Partido de Acción Chubutense, tampoco se extiende más allá del territorio
provincial, y su triunfo solo sirvió a nivel local.
Así las cosas, a partir del 10 de diciembre, el kirchnerismo
tendrá 132 diputados, de los 257; y 38 de los 72 senadores, resultando la
fuerza mayoritaria en ambas cámaras.
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