Enrique Szewach | Lunes 09 de septiembre de 2013
Como
les contara la semana pasada, el gobierno insiste en plantear un falso dilema,
"ajustar o no ajustar", como si la alternativa del "no ajustar" estuviera disponible.
Esta
semana, tanto la Presidenta, sus seguidores, como el periodismo "militante" y
el "a sueldo", y algunos supuestos
"técnicos", están queriendo imponer la idea de que la idea de un ajuste forma
parte de un eventual complot de quienes quieren volver al pasado, hambrear al
pueblo, re endeudarnos, etc.
La
verdad, por supuesto, es otra.
Si la
macroeconomía argentina requiere un
ajuste, es porque antes se ha producido un "desajuste".
La
responsabilidad, en todo caso, es de quienes han llevado las cosas a este punto
de no retorno, en dónde ya no hay más remedio que instrumentar una política
cambiaria y monetaria compatible con una tasa de inflación más baja.
Diseñar
otra política fiscal para restablecer una presión impositiva más en línea con
nuestro grado de desarrollo, y un gasto público que mejore la calidad de los
bienes públicos, fije prioridades, termine con el despilfarro y minimice la
corrupción.
Y
realinear precios relativos, para que vuelva la inversión, el empleo, y se
recuperen estructuralmente, en un plazo razonable, las ofertas destruidas en
estos años, en especial en el sector energético y agroindustrial.
En ese
sentido, resulta inconsistente que cuando se habla del "ajuste" del 2002, que
le permitió al kirchnerismo gobernar durante varios años, como si supieran, la
"culpa" sea del desajuste de los 90, mientras que ahora, el eventual ajuste de
los próximos años, será consecuencia de una conspiración.
De la
misma manera que resulta incongruente, asignarle "al modelo" y no al viento de
cola los logros pasados, mientras que los fracasos actuales corresponden al
hecho de que "el mundo está en crisis, y se nos cayó encima".
Retomo
el tema del "ajuste".
Si la
mayoría de los argentinos nos quejamos de una inflación insoportable y hasta el
gobierno empieza a reconocer que no es la que mide el INDEC. ¿Por qué sería
parte de un complot modificar la política cambiaria, monetaria y fiscal, para
reducirla?.
¿O
alguno cree, en serio, que la tasa de inflación es producto de los monopolios,
los formadores de precios o la suba de los precios internacionales de los
alimentos que, dicho sea de paso, hace rato que dejaron de subir?.
Porque,
si alguien lo cree, me permito recordarles que monopolios, formadores de
precios y precios internacionales de los alimentos hay en toda la región, y
nuestros vecinos tienen una tasa de inflación que es la quinta parte que la
nuestra.Y, en todo caso, si después de 10 años de gobernar con absolutismo y
sin oposición, el kirchnerismo no pudo doblegar a los monopolios....
Si la
mayoría de los argentinos se queja de la insoportable presión tributaria,
nacional, provincial y municipal, y la poca calidad de lo que vuelve en forma
de gasto ¿Por qué sería parte de un complot, reformular ingresos y gastos?. ¿O
alguien cree que se puede bajar la presión tributaria sin revisar, en qué, cómo
y cuánto se gasta?.
¿Por
qué es un complot sugerir que el fútbol
para todos, en lugar que lo financien los pobres, con la inflación y los
impuestos, lo financie, aunque sea parcialmente, la publicidad privada,
mientras se termina con dirigentes corruptos, empresarios y delincuentes que
viven de ese dinero?. ¿O sería también una conspiración de la derecha
pinochetista y sus socios locales, que Aerolíneas Argentinas, una vez renovada
y actualizada, en serio su flota, ("la flota más moderna de la región", acaba
de incorporar un avión fabricado en ...1999), compitiera con otras aerolíneas por
el subsidio para cubrir rutas locales no rentables, en lugar de recibir, sin
presentar balances, y sin control, miles de millones de pesos, también originados
en impuestos e inflación?
¿Por
qué sería un mal "ajuste", licitar en
forma transparente obras públicas y áreas petroleras, en lugar de pagar enormes
sobreprecios, o estirar concesiones ilegalmente, a cambio vaya a saber de qué?.
Finalmente,
¿Por qué sería malo fijar un sendero de reducción de subsidios a la energía y
el transporte, concentrándolo sólo en los sectores de menores recursos, y que
los precios sean los internacionales, para alentar la oferta y tener una
demanda responsable?.
Como se
observa, el verdadero complot es de los que crearon este desajuste y que, por
obvias razones, lo quieren prolongar un tiempo más.
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