Federico Bernal | Viernes 06 de septiembre de 2013
Ser poseedores de una de las principales reservas mundiales
de petróleo y gas no convencionales, en el contexto de una YPF renacionalizada
y de un plan energético afín al interés nacional y al mercado interno, puede
ser una pésima noticia para Repsol, el infantilismo ecologista y la fase
superior del histórico nacionalismo petrolero de opereta (hoy personificado en
el tragicómico híbrido Solanas-Carrió).
Sin embargo, para la reindustrialización del país, su
modernización económica, su seguridad nacional, bienestar social y desarrollo
regional equilibrado, así como para la protección responsable y madura de su
medioambiente es, sin duda alguna, una excelente noticia.
ARGUMENTOS ANTI-FRACKING
Los opositores a la
fracturación hidráulica -técnica que complementa la tradicional perforación
horizontal y que es utilizada para la extracción de hidrocarburos en
formaciones geológicas no convencionales- argumentan aquí y en EE.UU. (país a
la vanguardia en este tipo de extracción) los siguientes conceptos:
1) que la producción de shale gas ha contaminado los
acuíferos en EE.UU.;
2) que libera más metano que otras formas de producción
gasífera;
3) que precisa de una cantidad mayúscula y preocupante de
agua;
4) que usa cientos de químicos tóxicos; y 5) que provoca
terremotos dañinos. Pero resulta que los cinco argumentos son en realidad
falsos.
¿CONTAMINACIÓN DE ACUÍFEROS?
1) EEUU perfora
anualmente a razón de 25.000 pozos en formaciones no convencionales (lleva ya
perforados más de 100.000 pozos) y ha conducido más de 2 millones de
operaciones con la técnica de fracturación hidráulica. A la fecha, no existe
ninguna prueba científica que demuestre un sólo acuífero contaminado por gas
metano o fluido químico proveniente del fracking. Todas las denuncias han
probado ser falsas. Algunos casos. La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.
cerró su investigación sobre Dimock (Estado de Pennsylvania) concluyendo la
inexistencia de evidencia de contaminación. Lo mismo sucedió con denuncias de
filtración de gas metano en Parker County (Texas) y con la contaminación de
aguas en Pavilion (Wyoming), también por falta de pruebas. En los últimos
meses, tres trabajos científicos (dos de ellos del órgano oficial de la
Asociación Nacional de Acuíferos de EE.UU., la revista Groundwater)
coincidieron en indicar que la contaminación de aguas subterráneas derivada del
fracking "no es físicamente posible" (Hydraulic fracture height
limits and fault interactions in tight oil and gas formations. Geophysical Research Letters. 26 de
julio de 2013 y Constraints on Upward Migration of Hydraulic Fracturing Fluid
and Brine. Groundwater. 29 de julio de 2013). Incluso uno de ellos,
afirma que "los hallazgos de un nuevo estudio de la publicación
Groundwater sugieren que las concentraciones de metano halladas en pozos del
condado de Susquehanna en Pennsylvania se explican no de la migración del shale
gas de la formación Marcellus debido a la fractura hidráulica... sino de
factores hidrogeológicos y topográficos de la región" (Journal article
evaluates methane sources in groundwater in Pennsylvania. Groundwater. 24 de
mayo). Por supuesto que esto no excluye futuras contaminaciones, pero hasta
ahora no se ha demostrado que la fracturación hidráulica se asocie a un mayor
riesgo de contaminación de aguas subterráneas que la extracción convencional.
Por otra parte, podría decirse que la Unión Europa también se expidió de manera
coincidente con estos informes. En efecto, la Universidad de Durham, británica, cuenta con el equipo científico
multidisciplinario en investigación medioambiental y fracturación hidráulica
más reconocido de toda Europa. El equipo, autodenominado Refine, es fondeado
con recursos provenientes de una de las más importantes ONGs medioambientales
del Reino Unido: el Consejo de Investigación Ambiental y Natural. Su último
trabajo sobre los acuíferos y la extracción de no convencionales "Fracking
and aquifers: how far up can a frack go?", de julio 2013, refuta una a una
las hipótesis ecologistas sobre contaminación.
¿LIBERACIÓN (FILTRACIÓN) DE METANO A LA ATMÓSFERA?
2) Se afirma que la producción de shale gas libera a la
atmosfera más metano que el carbón. Tal presunción se originó en un estudio
conducido por un profesor de biología de la Universidad de Cornell en 2011,
Tony Ingraffea (miembro del equipo Refine), luego retomado por él mismo en un
artículo publicado en The New York Times el 28 de julio de este año. Ahora
bien, lo que se calla al respecto es que dicho estudio fue objetado y
desmentido sin piedad por una frondosa cantidad de investigaciones científicas,
entre ellas una proveniente de la mismísima Cornell y publicada en la
prestigiosa revista Climate Change. A la anterior siguieron casi una docena de
investigaciones de universidades, del MIT e incluso del Fondo para la Defensa
del Medioambiente de EE.UU. (FDM). La del MIT, entre cuyos autores está uno de
los firmantes del Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, ONU), señala: "Es incorrecto
sugerir que el shale gas asociado a la fracturación hidráulica ha alterado
substancialmente la intensidad general de la emisión de gases de efecto
invernadero asociada a la producción de gas natural". En igual dirección,
la respuesta brindada por el FDM a ciertos estudios domésticos que relacionaban
la fracturación hidráulica con filtraciones de metano: "...no deben
sacarse conclusiones sobre posibles emisiones de metano en base a estos
informes locales y preliminares" (Measuring Fugitive Methane Emissions.
FDM. 26 de enero de 2013).
AGUA, QUÍMICOS Y TERREMOTOS
3) y 4) En nuestra columna del 17 de agosto titulada
"No convencionales, ecologismo cipayo y la insólita 'justicia'"
analizábamos la inyección de líquido y la composición de los químicos que
acompañan a la estimulación hidráulica. Pasemos pues al punto 5) y la posible
inducción de terremotos como consecuencia del fracking. A propósito, vale la
pena traer a colación un notable estudio del citado equipo Refine. Matt Ridley,
uno de los autores, adelanta las conclusiones del trabajo (aún no publicado):
"La investigación definitiva de la Universidad de Durham en relación a los
terremotos inducidos [por el hombre] y registrados durante muchas décadas
concluye que prácticamente toda la actividad sísmica resultante del fracking
fue de tan baja magnitud que sólo los geocientistas hubieran estado capacitados
para detectarla, y que la minería, la actividad geotérmica y el almacenamiento
de reservorios de agua producen más y más fuertes temblores [que el
fracking]" (Induced Seismicity and Hydraulic Fracturing for the Recovery
of Hydrocarbons. Refine. Abril de 2013. Publicada originalmente en Marine and
Petroleum Geology. Los autores no declaran conflictos de interés). En las
conclusiones del referido informe se lee: "De los 198 posibles casos de
sísmica inducida hallados en la literatura, con magnitudes hasta los 7,9 M, la
fractura hidráulica de rocas sedimentarias para la recuperación del shale gas
origina, en líneas generales, sólo terremotos de muy baja magnitud". Los
autores afirman, incluso, que tales terremotos son menores en intensidad que
"los provocados en procesos tales como generación de reservorios,
depleción de campos de petróleo y gas
convencionales, inyección de agua para la recuperación de energía geotérmica e
inyecciones de agua de desechos".
¡FRACKING SOLANAS-CARRIÓ!
La presión ejercida por la Apolonia criolla de las denuncias
se tornaba ya insostenible. ¡Si no denuncio algo me raja!, pero... ¡qué
denunciar! ¡qué denunciar! Día y noche, el cineasta Solanas se ahogaba en la
ansiedad y el pavor más absolutos. La conversión de Proyecto Sur en el partido
predilecto de La Recoleta no podía ser en vano. Algo había que inventar. Y el
realizador de La hora de los hornos inventó: en poco tiempo, tal vez semanas,
la Apolonia criolla de las denuncias recibirá de su mano el mejor tributo: un
documental centrado en denunciar el impacto medioambiental que la fractura
hidráulica (más conocida como "fracking") provocará en Vaca Muerta de
prosperar el acuerdo YPF-Chevron.
En realidad, se trata de la versión argentinizada del
documental que semanas atrás Lanata dedicó a ambas petroleras pero desde la
experiencia ecuatoriana y las denuncias de contaminación allí formuladas.
Lamentablemente, tanto el ex cineasta como el ex periodista olvidaron
consagrarse a divulgar los pasivos ambientales heredados por Repsol en todas
las provincias productoras y por miles de millones de dólares. Una pena, porque
dicho material bien hubiera contribuido a mostrarle al pueblo argentino y al
mundo el impacto negativo de la gestión española a nivel medioambiental.
Pero volvamos al "fracking". ¿Son realmente
compatibles la explotación de recursos no convencionales con la protección del
medioambiente? El mundo científico y académico, con especial eje en EE.UU. y la
Unión Europea, debaten y analizan con seriedad tal interrogante. Si bien restan
aún por descifrar algunas incógnitas, rotundos hallazgos científicos ya
permiten responder afirmativamente la pregunta.
Mientras tanto, el infantilismo ecologista versión del
subdesarrollo (el mismo que se opone a Rafael Correa, etc.) tiene en la
Argentina su mejor expresión. Solanas-Carrió, fundamentalismo ecologista
sazonado con inéditas y altísimas dosis de irresponsabilidad política,
politizan la cuestión de los no convencionales, atemorizando a la población
para arrimar, por la vía del terrorismo medioambiental que siempre paga, nuevos
prosélitos a su causa.
Solanas no denuncia, miente: "Es el gobierno nacional
el que está impulsando esta nueva manera
de extracción que es la fractura hidráulica, y que es una monstruosidad
porque va a terminar contaminando por décadas las napas de agua, y sin agua no
hay vida". Y Carrió, habilitada por las mentiras de Solanas, tampoco
denuncia, sino que induce al caos y a la violencia social: 48 hs antes de que
la Legislatura de Neuquén se abocara al análisis del plan de inversiones de YPF
para el desarrollo masivo de los no convencionales, la democrática y pacífica
señora convocaba "al pueblo [neuquino] a que salga a la calle y preserve
sus vidas y las de las generaciones futuras". Resultado: encolerizados
manifestantes enfrentándose a la policía, represión, heridos y detenidos.
La Nación, Clarín y sendos portales izquierdistas felices y
contentos. ¿Mucho pedir al nacionalismo de opereta una jornada de reflexión y
capacitación, jornada que muestre a la sociedad las dos campanas en materia de
explotación de no convencionales y la veracidad de las denuncias por
contaminación?
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