El avión que trasladó al papa argentino, un Airbus A330 de
la compañía Alitalia, aterrizó en el aeropuerto de Ciampino a las 11.25 hora
local (6.25 de Argentina), luego de recorrer los 9.201 kilómetros que separan
la ciudad carioca de la capital italiana.
"
He regresado a casa, y les aseguro que mi alegría es
más grande que mi cansancio", publicó el sumo pontífice en su cuenta
oficial de Twitter en español (@Pontifex_es) apenas arribado a Roma.
Desde el aeropuerto,
Francisco se trasladó en helicóptero
hasta el Vaticano, poniendo fin de esta forma a su primer viaje internacional,
consignó la agencia de noticias EFE.
Semana inolvidable para Francisco
"
Yo seguiré alimentando una esperanza inmensa en los jóvenes
de Brasil y del mundo entero: por medio de ellos, Cristo está preparando una
nueva primavera en todo el mundo", afirmó Francisco en el aeropuerto
internacional Galeao, donde estuvo el vipresidente Michele Temer.
En sus últimas palabras en suelo brasileño luego de vivir
una intensa semana en Brasil, el argentino Jorge Bergoglio saludó: "
El
Papa se va, les dice `hasta pronto`, un `pronto` ya muy nostálgico y les pide, por
favor, que no se olviden de rezar por él".
"Marcho con el alma llena de recuerdos felices, y éstos
se convertirán en oración", afirmó el pontífice, tras lo cual señaló que
ya comienza a "
sentir un inicio de saudade (nostalgia) de Brasil, este
pueblo tan grande y de gran corazón, tan amigable".
Expresó asimismo su "
certeza de que Cristo vive y está
realmente presente en el quehacer de innumerables jóvenes y de tantas personas
con las que me he encontrado en esta semana inolvidable".
Francisco agradeció a las autoridades de Brasil, a sus
hermanos obispos, a los que participaron de las celebraciones, a los medios de
comunicación y particularmente a los jóvenes.
"Con su testimonio de alegría y de servicio, ustedes
hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la vida que vale la
pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y
apostar por Cristo y su Evangelio", manifestó.
Por último, hizo una mención especial a la Virgen de
Aparecida, patrona de Brasil, cuyo santuario visitó el miércoles y ante quien
se arrodilló para
"pedir por la humanidad entera y en particular por todos
los brasileños".
Por su parte, el vicepresidente
Temer sostuvo que la
"sencillez" del papa entró
"en los corazones de los brasileños y
logró localizar en ellos a Cristo".
Además, calificó a Francisco como "
un verdadero
evangelizador" y un "ejemplo de moderación" y de diálogo.
"
La próxima vez que venga a Brasil, en 2017, no habrá
necesidad de abrir puertas porque han sido abiertas por su presencia: entre sin
pedir permiso, porque el corazón de los brasileños está abierto", aseveró
Temer, que reemplazó a la presidenta
Dilma Rousseff en la ceremonia de
despedida.
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