Francisco atrapa multitudes en Brasil
Sábado 27 de julio de 2013
Más de un millón de jóvenes participaron en el Vía Crucis de
la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, el primero presidio por el papa Francisco, quien en
un fuerte discurso dijo que Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido
su confianza en los políticos y en los cristianos incoherentes.
"Con la Cruz, Jesús se une a los muchos jóvenes que han
perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y
corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la
incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio", afirmó
el papa.
Francisco invitó a los muchachos a ser valientes y a ir
contracorriente y recordó que al contrario que Pilato, que se lavó las manos,
la Cruz enseña a ser como el Cireneo, que ayudó a Jesús a llevar aquel madero
pesado, como María y las otras mujeres, que no tuvieron miedo de acompañar a
Jesús hasta el final, con amor, con ternura.
"Y tú, ¿como quién eres? ¿Como Pilato, como el Cireneo,
como María?", preguntó el Papa, e insistió en que tienen que ser
valientes, como Jesús.
Francisco subrayó que Jesús, con su Cruz, recorre nuestras
calles "para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros
sufrimientos, también los más profundos y se une al silencio de las víctimas de
la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los
indefensos".
"Con la Cruz, Jesús se une a las familias que se
encuentran en dificultad, que lloran la pérdida de sus hijos, o que sufren al
verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga, con ella, Jesús se une
a todas las personas que sufren hambre en un mundo que se permite el lujo de
tirar cada día toneladas de alimentos".
El Obispo de Roma añadió que con la cruz Jesús se une a
quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color
de su piel.
Francisco manifestó que en la Cruz de Cristo está el
sufrimiento, el pecado del hombre, pero que Él acoge a todos con los brazos
abiertos "y nos dice: ¡animo!, no la llevas tú solo, yo la llevo contigo,
he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida".
Francisco preguntó ¿qué ha dejado la Cruz en cada uno de los
hombres? y respondió que deja un bien que "nadie más nos puede dar: la
certeza del amor indefectible de Dios por nosotros".
El papa Bergoglio aseguró que en la Cruz está todo el amor
de Dios, su inmensa misericordia, "un amor del que podemos fiarnos, en el
que podemos creer".
"Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús, confiemos
totalmente en Él. Sólo en Cristo muerto y resucitado encontramos salvación y
redención. Con Él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última
palabra, porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de instrumento
de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida",
afirmó con vehemencia.
Francisco dijo a los jóvenes que la Cruz enseña a mirar
siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien
tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto, y a salir de
nosotros mismos.
El Vía Crucis, uno de los momentos más sugestivos de las JMJ
discurrió por el paseo marítimo de la playa de Copacabana. Los jóvenes,
procedentes de 190 países, acogieron al papa como una estrella del pop, entre
cánticos, vivas y palmas.
El pontífice recorrió en el papamóvil todo el paseo marítimo
de Copacabana, de cuatro kilómetros de largo, seguido por decenas de miles de
jóvenes, muchos de ellos corriendo por la arena, mientras que varios
helicópteros sobrevolaban la zona y varios barcos de guerra recorrían la aguas
de Copacabana.
La "Cruz de los Jóvenes", como se conoce a la cruz
de madera que Juan Pablo II entregó a los muchachos del mundo en 1984 para que
la llevaran por todo el planeta, abrió el Vía Crucis y fue llevada a hombros
por una veintena de muchachos y escoltada por una guardia de honor a cada una
de las 14 estaciones, la última en el palco desde el que el papa presidió el
rito.
Unos 700 entre artistas y jóvenes voluntarios de Brasil,
Puerto Rico, México, Argentina, Alemania y EEUU evocaron a través de las 14
estaciones los sufrimientos de Cristo y los males que afligen a la sociedad
moderna.
El amor, la vida, las enfermedades, la cárcel, las drogas,
los medios de comunicación modernos y la religiosidad son algunos de los temas
presentes en la representación, en la que los 280 jóvenes harán referencia a
las misiones, la conversión, las madres jóvenes, la defensa de la vida, la vida
de las parejas, las mujeres que sufren, los estudiantes y las enfermedades.
Treinta y cinco "cartoneros" argentinos
(recolectores de cartón) asistieron en el palco junto al papa Francisco al Vía
Crucis, invitados por el pontífice.
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