Ricardo Gil Lavedra | Viernes 12 de julio de 2013
Es absurdo que dos hombres puedan casarse en la Argentina
pero no puedan donarse sangre si lo necesitan
El Senado Nacional tiene entre sus asuntos pendientes dos
proyectos de extraordinaria relevancia en materia de lucha contra la
discriminación, que contribuyen desde distintos ángulos a la construcción de
una sociedad más inclusiva e igualitaria: una modificación a la ley nacional de
sangre y otra de lucha contra el bullying (acoso escolar) en las escuelas.
Recientemente, la Legislatura de la Ciudad convirtió en ley
un proyecto que modifica la regulación en materia de donación de sangre,
eliminando una situación claramente excluyente y discriminatoria en el
cuestionario que se hace a los donantes. Hasta ahora, a aquellos hombres que
hubieran tenido sexo con otros hombres se les prohibía la donación, con el
argumento de que constituyen un "grupo de riesgo" en términos de
transmisión de enfermedades. Esta prohibición anacrónica se basa meramente en
prejuicios, no en evidencia científica. Por otra parte, es absurdo que dos
hombres puedan casarse en la Argentina pero no puedan donarse sangre si lo
necesitan. Esta situación es la que evita la nueva Ley de la Ciudad, al
eliminar las preguntas acerca de la orientación sexual de los donantes.
En el mismo sentido, pero a nivel nacional, presenté en el
año 2012 un proyecto similar en la Cámara de Diputados, a fin de que se elimine
este tipo de discriminación para los donantes de todo el país. Diputados dio
media sanción a este proyecto, ahora resta la aprobación del Senado. Los
cuestionarios se deben basar en detectar conductas sexuales riesgosas, hetero u
homosexuales, no en perseguir a los donantes por su orientación sexual.
Por otro lado, Diputados aprobó también el año pasado un
proyecto contra la violencia escolar, conocida como bullying. Se trata de una
práctica extendida y sumamente dañina para los jóvenes, en la que un alumno es
acosado física y psicológicamente por sus compañeros, en forma presencial o a
través de las redes sociales en internet. El proyecto que recibió media sanción
contó con el respaldo de todos los bloques. Se trata de proveer a las escuelas
de un marco para resolver estos casos de violencia, a fin de contener a los
chicos que son víctimas de esta práctica y evitar su perpetuación mediante un
intenso trabajo en el aula.
El bullying ha sido caracterizado como una "epidemia
silenciosa", debido a que los chicos víctimas de estos actos de violencia
muchas veces callan, y a que no cuenta con la suficiente difusión en las
escuelas y en las familias. Reconocer el problema es, entonces, el primer paso
para abordarlo y resolverlo. No se puede subestimar el terrible impacto que
tiene este tipo de prácticas en el desarrollo de los jóvenes. Estamos seguros
de que el proyecto que está pendiente de aprobación en el Senado será un paso
decisivo en este sentido, que garantizará que la escuela sea un ámbito de
aprendizaje y socialización para los chicos, en vez de un lugar de acoso y
sufrimiento
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