Stella Calloni | Sábado 06 de julio de 2013
La prohibición de los países de europeo al sobrevuelo y
aterrizaje del avión presidencial de Evo Morales por su territorio, a causa de
la sospecha de llevar de incógnito al ex agente de la CIA Edward Snowden,
dejan al descubierto la subordinación de la Unión Europea ante
los designios del gobierno de Estados Unidos.
En una reacción urgente en las últimas horas el presidente
del Parlamento de la
Unión Europea (UE),
Martin Schulz, calificó como "inaceptable" y "ridículo" lo actuado por cuatro
países europeos, que en un bochornoso acto prohibieron el vuelo del avión del
presidente de Bolivia Evo Morales y su comitiva sobre sus espacios aéreos,
violando todas las normas internacionales
y poniendo el peligro la vida del mandatario.
"Los europeos no podemos dejar de respetar las reglas del
derecho internacional" dijo Schulz, en España, indicando la necesidad de
que se informe quién dio las órdenes a Francia, Italia, Portugal y España para
cometer el grave acto de "cancelar de manera abrupta" los permisos de
vuelos que tenía asegurada la aeronave presidencial.
Schulz tomó en cuenta una serie de reacciones de diversos
sectores sociales y políticos de Europa en momentos de graves conflictos por la
rebelión de las sociedades de esos países, que intentan ser retraídas en su
situación y conquistas sociales a los años más oscuros.
Esta y otras reacciones que están surgiendo se producen en
momentos en que presidentes y altos funcionarios de países que integran la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR) reunidos en Cochabamba, Bolivia, el pasado 4 de julio,
rechazaron con fuerza la actuación los gobiernos europeos, que violaron el
derecho internacional y la inmunidad presidencial convirtiendo al presidente
boliviano "virtualmente en un rehén", lo que constituye "una violación de
los derechos no solo del pueblo boliviano, sino de todos los países y pueblos
de Latinoamérica"
Señala Unasur que esto es un peligroso precedente "en
materia del derecho internacional vigente". Además, se solicitó que los
gobiernos comprometidos en esta acción pidan las disculpas correspondientes y
apoyaron las denuncias de Bolivia ante Naciones Unidas y todas las acciones
necesarias en tribunales y otras instancias.
Se creó una Comisión de Seguimiento sobre estos hechos,
convocando a la ONU
y organismos regionales "que aún no lo han hecho, a pronunciarse sobre este
hecho injustificable y arbitrario".
Datos y consecuencias
Todo comenzó cuando el pasado 2 de julio el Presidente
boliviano retornaba a su país, después de mantener reuniones oficiales en
Rusia, cuando sorpresivamente, y poco antes de llegar a Francia, el gobierno le
prohíbe a la nave sobrevolar el espacio aéreo, lo que lo obliga a una serie de
maniobras, encontrándose con que Portugal, Italia y España le niegan
también el paso con el pretexto de que existía "la sospecha" de que
en el vuelo estaba el ex agente de la CIA Edward Snowden. El avión aterrizó
forzosamente en Viena, Austria, cuyo aeropuerto no pudo abandonar durante más
de 13 horas, lo que algunos medios europeos calificaron como
"secuestro".
Nadie ignoraba que el avión presidencial de la Fuerza Aérea
Boliviana tenía escasa autonomía de vuelo, lo que hubiera podido terminar en
una catástrofe criminal. Y todo por una "sospecha" de Washington. Si Snowden
hubiera estado en el avión, ¿lo derribarían o lo hubieran dejado estrellarse
por falta de combustible?
Los detalles muestran la gravedad de lo actuado: la
"sospecha" ya era una falta de respeto a un mandatario y, más aún, había sido
instalada por orden directa de Washington. Esto sucedía cuando algunos países
europeos "revisaban" las relaciones con Estados Unidos por el tema del espionaje estadunidense, lo
que es un hecho gravísmo en las relaciones internacionales.
Finalmente España accedió al reabastecimiento del avión en
Canaria, después de recibir la orden de Estados Unidos y de conocer que Austria
había desmentido la presencia de Snowden.
Existe otro detalle agravante, el intento del embajador
español en Viena, quien llegó al aeropuerto donde estaba Morales y lo invitó a
tomar "un cafecito" en el avión. La burda insinuación destinada a comprobar si
Snowden estaba en el vuelo mereció una respuesta diplomática histórica de Evo,
quien sonriente le respondió "NO" aduciendo cuestiones de soberanía y derechos, todo con enorme
dignidad.
Mientras recibía el apoyo irrestricto de varios presidentes,
como Cristina Fernández de Kirchner que fue clarísima en su posición desde el
primer momento.
Lo sucedido no debe ser analizado solo como una afrenta a
toda América Latina y al mundo en general, sino para los propios pueblos
europeos, que han tenido una evidencia plena sobre el hecho de que sus
gobiernos dependen de las decisiones y las órdenes de un país extranjero.
También se trata de una amenaza abierta a a toda América
Latina, el Caribe y el mundo, sobre desconocimiento de soberanías y derechos.
Si la ONU
continúa en un cómplice silencio, estaremos ante otro hecho consumado de
gravísimas consecuencias futuras. Washington ha expuesto -y debemos analizar si
a propósito o no- la subordinación colonizada de los gobiernos europeos a sus órdenes, lo que demuestra un grado de
dependencia, que no ha sido comunicada a las sociedades ni a los parlamentos
europeos.
Esa misma dependencia hizo vaciar las arcas europeas para
sostener las guerras coloniales del siglo XXI que Estados Unidos necesitaba en
su nuevo proyecto de dominación mundial y de las que resulta el principal
beneficiado.
Ahora esos gobiernos europeos desnudan ante ante el mundo su
verdadera relación con Washington, suicidándose
política y económicamente. ¿Cómo podrán mantener sus proyectos de
inversiones, de negocios, de acuerdos con los países integrados de una región
como la nuestra que desprecian como demostraron y manifestando semejante estado
de dependencia y sumisión?
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