Artemio López | Martes 25 de junio de 2013
El cierre de listas de postulantes para las elecciones
Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del 11 de agosto deja en claro
un escenario electoral donde se juega, además, la proyección para las
presidenciales de 2015. El peso del electorado de la Provincia de Buenos Aires
es clave y es ahí donde se dirimen los protagonismos actuales y futuros.
La primer observación y la de mayor valor analítico tras el
cierre de listas de precandidatos para las elecciones Primarias Abiertas
Simultáneas y Obligatorias es que con la aparición de Sergio Massa en Buenos
Aires, que obliga a la moderar las legítimas pretensiones del sciolismo en el
armado de listas bonaerenses, va quedando claro que la perspectiva nacional de
cara al año 2015 tendrá al kirchnerismo liderado por Cristina Kirchner como
actor principalísimo y casi excluyente con o sin reelección de la Presidenta y
tras 12 años de gobierno.
Por otra parte, la candidatura "estelar" de Sergio Massa en
Buenos Aires también señala que, al menos en territorio bonaerense, no hay
posibilidad de construcción de una alternativa antikirchnerista furiosa como
plantean los grandes medios opositores y lo políticos por ellos
editorializados.
Se trata sin duda de una gran apuesta la del Intendente de
Tigre que deberá ganar esta elección si es que quiere mantener sus expectativas
de disputar la provincia en 2015, ya no frente a los viejos políticos
bonaerenses, sino confrotando con una nueva generación de kirchneristas con
gestión distrital como respaldo y que, adicionalmente, tras las elecciones
legislativas de 2013, irán cobrando volumen provincial con chances ciertas de
derrotarlo en su segunda participación electoral bonaerense, luego de la de
junio del año 2009 , integrando las listas del FPV.
Así las cosas, tras el cierre de listas de precandidatos, el
FPV conducido por Cristina Kirchner volvió a mostrar que es la fuerza de mayor volumen y
protagonismo nacional y, a contrario sensu, tal vez nunca antes desde mayo de
2003, la oposición mostró un nivel tan notable de fragmentación como en esta
selección de precandidatos, aún superior al de octubre de 2011. Hasta Domingo
Felipe Cavallo se da el lujo de marchar con su propia lista.
La excepción a esta regla de fragmentación creciente
pareciera ser la coalición entre la UCR y el partido Socialista, que
seguramente se consolidará como la segunda minoría a la hora del recuento
nacional, pero en niveles muy similares a los obtenidos en octubre de 2011 sin
chances de competencia nacional sólida
Capitulo aparte merece el PRO, la fuerza predilecta de los
medios opositores metropolitanos, también ellos grandes derrotados en la
selección de precandidatos.
Tras conocerse la ausencia de precandidatos expectantes por
parte de la fuerza que lidera Mauricio Macri, en términos prácticos, el PRO se
despide de cualquier intento presidencial, lo mismo que la "disidencia
peronista", con su figura nacional recluida en la provincia de Córdoba y
con algunos referentes gremiales insertos en la magullada lista de Francisco De
Narváez, que escarmentó una vez más como ya sucedió en octubre de 2011 que el
escenario del año 2009 solo existe en su imaginación.
Para entender por qué el PRO ha concluido su experiencia
como alternativa nacional, observen los mapas adjuntos a esta columna (galería
de imágenes). La determinación del aporte de votos positivos que se muestra en
cada distrito se realizó tomando en cuenta el promedio de los niveles
históricos de voto negativo (anulado, impugnado y blanco) y la magnitud del
ausentismo en cada distrito nacional, registrado en las elecciones realizadas
desde la recuperación democrática para elegir fórmula presidencial. Los
resultados son muy contundentes: el 38,1% del voto positivo nacional se
concentra en Provincia de Buenos Aires Dicho de otra manera, de cada 100 votos
positivos nacionales, 38,1 se generan en la Provincia de Buenos Aires, 8,8 en
Córdoba y 9 en Santa Fé, en tanto en Formosa por caso, se genera 1,1 en Jujuy
1,3 y en San Juan surgen 1,7.
En este sentido, debe considerarse que , por ejemplo, una
diferencia electoral de 5 puntos en la Provincia de Buenos Aires del candidato
A, solo será compensada con una diferencia de 24 puntos en el NEA o 20 puntos
en el NOA o al menos 9 puntos en la suma de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos del
candidato B. Por este motivo, se afirma que la Provincia de Buenos Aires es
madre de todas las batallas y el comportamiento de una fórmula en ese distrito
estratégico define de manera concluyente su performance nacional.
Este distrito, entonces, es hoy el vértice electoral del
país y sobre él estarán puestos todos los recursos materiales y simbólicos de
la campaña electoral de cara a las legislativas de octubre. Del mismo modo,
cualquier fuerza que quiera ser una alternativa electoral realmente existente a
nivel nacional debe ser competitiva en tierras bonaerenses sí o sí, todo lo
demás es literatura fantástica, fotogenia, fuegos de artificio por lo que,
insistimos, el PRO, hoy sin candidato bonaerense para las legislativas 2013,
encuentra su límite estructural para proyectarse hacia las presidenciales del
año 2015.
En síntesis, una primera lectura de los precandidatos
permite imaginar un escenario nacional hegemonizado por el FPV, una segunda
minoría representada por el acuerdo entre la UCR y el Socialismo y el GEN y el
definitivo opacamiento del PRO y el llamado Peronismo Disidente como
alternativas nacionales expectable, reducidos a partidos vecinales, con muy
escasa proyección nacional, en especial por su ausencia de candidatos
competitivos en Provincia de Buenos Aires que, como se observa en los mapas que
acompaña esta columna que muestra el porcentaje de votos nacionales que aporta
cada distrito y permitirá observar que salvo el FPV y el frente UCR-PSocialista,
el resto de la oposición carece de chances nacionales por ausencia de
candidatos en distritos claves.
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