Muerte de Videla
Viernes 17 de mayo de 2013
Aquel 24 de marzo del 2004, el entonces presidente Néstor
Kirchner tomó una decisión histórica, cuando le ordenó al titular del Ejército,
Roberto Bendini, que bajara de una de las galerías del Colegio Militar los
cuadros de Videla y Reynaldo Bignone.
"Proceda", le dijo Kirchner a Bendini durante el
acto para recordar los 28 años del golpe de Estado de 1976.
En ese acto Kirchner destacó que el retiro de los cuadros
marcaba "definitivamente un claro posicionamiento" del país, de las
Fuerzas Armadas, del Ejército y de él mismo, en su carácter de presidente y de
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, "de terminar con esa etapa
lamentable" y de que esté "consolidado el sistema de vida democrático
y desterrado el terrorismo de Estado".
Tras saludar a los estudiantes que aguardaban su llegada,
Kirchner se trasladó hasta la denominada "galería de directores" del
Colegio Militar, donde, luego de darle la escueta orden de "proceda",
Bendini, descolgó los cuadros con los rostros de los dictadores Videla y
Bignone que nunca, desde el retorno de la democracia, habían dejado de estar
exhibidos en el lugar.
En el discurso que pronunció tras el emblemático gesto,
Kirchner instó a las Fuerzas Armadas a "nunca más utilizar el terrorismo
de Estado y las armas contra el pueblo argentino".
"Nunca más tiene que volver a subvertirse el orden
institucional en la
Argentina. Es el pueblo argentino por el voto y la decisión
de él mismo, quien decide el destino de la Argentina.
Definitivamente terminar con las mentes iluminadas y los
salvadores mesiánicos, que solo traen dolor y sangre a los argentinos",
comenzó Kirchner su discurso.
En una breve alocución, el presidente señaló que "no
hubiera querido nunca tener que estar ante esta instancia, porque recordar el
24 de marzo de 1976 es uno de los instantes más dolorosos y más crueles que le
ha tocado vivir a la historia argentina en su conjunto".
El mandatario señaló además que "los argentinos todos,
civiles, militares, tengamos la responsabilidad que tengamos, tenemos que
generar un acto de conciencia y de identidad que nos permita definitivamente
entrar a marcar en el ángulo justo de la historia aquel hecho terrible y
lamentable".
"Quiero dejar en claro que el terrorismo de Estado es
una de las formas más injustificables y sangrientas que le pueden tocar vivir a
una sociedad. No hay nada, por lo grave que sea, que esté pasando en un
determinado momento de la sociedad argentina o de cualquier sociedad, que
habilite el terrorismo de Estado", agregó el entonces presidente.
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