Ari Lijalad | Miércoles 08 de mayo de 2013
Con motivo de una nueva conmemoración del Día de la Libertad de expresión el
pasado 3 de mayo, nuevamente las organizaciones dedicadas a "defender la
libertad de prensa" que nunca explicitan sus fuentes de financiamiento,
repitieron el folclórico ataque a los gobiernos latinoamericanos.
La
Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció el 3 de mayo
como el Día Mundial de la
Libertad de Prensa. La elección de la fecha remite a la Declaración de
Windhoek, un documento redactado en Namibia en 1991 durante un seminario
organizado por la misma ONU para la promoción de la prensa en África en
términos independientes y pluralistas.
Entre sus puntos, la Declaración de Windhoek sostiene: "Por prensa
pluralista debe entenderse la supresión de los monopolios de toda clase y la
existencia del mayor número posible de diarios, revistas y otras publicaciones
periódicas que reflejen la más amplia gama posible de opiniones dentro de la
comunidad".
Aprovechando la efeméride, la fundación norteamericana Freedom House
difundió su informe anual donde cataloga a los países en función de si existe o
no, según sus criterios, libertad de
prensa. El informe y sus conclusiones fueron replicados enseguida por los
grandes diarios que han sostenido posiciones monopólicas o dominantes -como
diarios o como parte de multimedios-. de aquellos países donde Freedom House
considera que hay, según el caso, "límites", "ataques" o "restricciones" a la
autodenominada "prensa libre".
En Ecuador, el diario El Universo tituló "Freedom House
agrega a Ecuador en lista de países sin prensa libre en Latinoamérica" y el
diario Hoy, cuyo dueño, Jaime Mantilla, es además presidente de la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP), afirmó: "Ecuador es parte de los países calificados como 'no
libres' por Freedom House". El portal paraguayo Última Hora tituló "La prensa
paraguaya solo es 'parcialmente libre', según Freedom House". La web Martí
Noticias y el portal Diario de Cuba titularon: "Freedom House: Cuba 'lo peor de
lo peor'". En Venezuela, el diario El Nacional tituló: "Venezuela entre los 6
países latinoamericanos sin prensa libre, según Freedom House" y El Diario de
Caracas sostuvo: "Según el informe anual de la organización Freedom House, en
Venezuela el gobierno hace grandes esfuerzos por restringir la libertad de
información".
En Argentina, los voceros fueron Clarín y La Nación.
El primero con los títulos "Semáforo amarillo para la Argentina por los
límites a la libertad de expresión" y "Piden en EEUU que Cristina deje de
presionar a los diarios". Los que "piden", ese sujeto tácito, es Freedom House.
La Nación, por
su parte, publicó: "La fundación Freedom House presentó en EE.UU. un crítico
documento sobre la libertad de expresión"
Estos diarios tomaron a Freedom House como referente
vinculado a la Libertad
de Prensa, cuando su historia, sus integrantes y financistas revelan que se
trata de una de tantas organizaciones que, por sus vínculos con el Departamento
de Estado, son el canal de intervención de EEUU en la política interna de otros
países, bajo la cobertura de fundaciones y ONGs presentadas como independientes
y apartidarias.
Dime quien te financia, y te dire...
Freedom House nació en 1941 en Washington, y su devenir
coincidió con los lineamientos de la política externa norteamericana.
Según Clarín, "La preocupación de los directivos de esta
organización independiente es compartida por otros observadores en Estados
Unidos". Esos "otros observadores" son los mismos que financian Freedom House.
Hace unas semanas el secretario de Estado para Asuntos
Económicos y Comerciales del Departamento de Estado norteamericano, José
Fernández, criticó la supuesta prohibición a los supermercados de publicar
anuncios en los diarios. Esta crítica fue incluida en el informe 2013 de
Freedmon House. La coincidencia no es casual: el mismo Departamento de Estado
es uno de los que lo financia.
Este estrecho vínculo queda retratado en un artículo
publicado en el diario El Telégrafo de Ecuador, que revela que el actual
presidente de Freedom House, William
Taft IV -bisnieto del ex presidente norteamericano Willamo Howard Taft-
trabajó en el Departamento de Estado y
"fue compañero de colegio y se graduó con John Kerry, actual Secretario
de Estado (Canciller) de los Estados Unidos".
Freedom House tiene su propio ranking de benefactores, y el
Departamento de Estado esta en la categoría máxima, los "Freedom Champion" (en
inglés, "Campeón de la
Libertad"), que aportan 100.000 dólares como mínimo. El máximo
no lo publican.
En esta categoría de "Campeones de la Libertad" también
revistan la
Broadcasting Board of Governors, que cuenta entre sus miembros al Secretario
de Estado Kerry, y a la US
Agency for Internacional Development, conocida por sus siglas
USAID, ambas agencias gestionadas por el gobierno nortemericano. La USAID fue expulsada esta
semana de Bolivia por el presidente Evo Morales acusada de utilizar sus fondos
para conspiraciones destituyentes y desestabilizadoras.
También aportan en esta categoría varias fundaciones ligadas
a la derecha norteamericana, Google, el Fondo para la Democracia de la ONU, y los Ministerios de
Relaciones Exteriores de Holanda y Noruega, la International Development
Cooperation Agency de Suecia y el European Instrument for Democracy and Human
Rights, todos países donde, a los ojos del Freedom House, no hay restricciones
a la libertad de prensa.
En ese rankig de Freedom House, el compromiso con la
libertad de sus benefactores se califica de acuerdo al monto de sus aportes. El
segundo puesto son los Freedom Defender ("Defensores de la Libertad"), que aportan
50.000 dólares o más, e incluye de nuevo a fundaciones y a Facebook. En tercer
lugar están los que aportan 25.000 dólares o más, los Freedom Partner
("Compañeros de la Libertad"),
categoría que revistan tanto Levi Strauss con el Banco Mundial. Los Freedom
Suportes ("Partidarios de la
Libertad") aportan a partir de 10.000 dólares. Entre estos
"Partidarios de la Libertad"
está la empresa Lockheed Martin, la mayor fabricante de armas del mundo y
principal contratista de defensa del gobierno norteamericano.
El Informe 2013 sobre Argentina
Según informó Clarín, en marzo de este año la ex diputada
radical Silvana Giudici viajó a EEUU como presidenta de la Fundación Libertad
de Expresión y Democracia (LED). Clarín afirmó que "realizó intensas gestiones
en Washington para denunciar los ataques a la libertad de expresión en la Argentina". En su
recorrido, visitó el Departamento de Estado y firmó un comunicado conjunto con
Freedom House criticando, una vez más, la supuesta prohibición de publicidad de
supemercados en los diarios.
Freedom House presenta a cada país con una breve
introducción sobre su historia. En el caso de Argentina, comienza mencionando
que Argentina se independizó de España en 1816 sin hacer mención a la Revolución de Mayo de
1810. De ahí salta hasta 1955, y sostiene que Juan Perón encabezó un régimen
populista y autoriario hasta el fin de su gobierno, sin mencionar que fue
derrocado por un golpe militar. En su breve relato, afirma que a partir de 1955
se sucedieron dictaduras del "ala derecha militar" hasta 1983, salteándose
varios gobiernos constitucionales. Por último, afirma que el retorno
democrático puso fin a la "guerra sucia, que fue emprendida contra disidentes
verdaderos o sospechados por el régimen de militares de extrema derecha".
En síntesis, más que un desconocimiento de la historia
argentina, revelan una posición ideológica que no sólo abona la Doctrina de Seguridad
Nacional sino que oculta el rol de EEUU en la promoción de los golpes militares
y las complicidades civiles, incluidos los medios de comunicación. Un informe
de la SIP de 1978
reveló que, en plena dictadura, "los
editores de los diarios de mayor tirada dicen que la seguridad nacional se
antepone a la libertad de expresión".
El informe hace luego un recorrido desde 1989 hasta la
actualidad. Afirma que la libertad de expresión esta garantizada por ley, pero
no menciona la Ley
de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Aún así, sostiene que la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner limita la liberad de prensa en la
práctica. La única mención que Freedom House hace de la LSCA es cuando denuncia una
supuesta presión a la
Corte Suprema de Justicia para que resuelva la causa que involucra
al Grupo Clarín.
En definitiva, lo que subyace a la historia, los financistas
y los informes de la
Freedom House y otras organizaciones similares es un concepto
restringido de Libertad de Prensa, vinculado a libertad de empresa y no a la
publicación informativa o de opinión. Donde la información es una mercancía que
se compra y se vende en un mercado de lectores, oyentes y televidentes sin
derechos. Estas organizaciones ocultan, detrás de un velo apartidario e
independiente, intereses políticos y corporativos concretos.
Ari Lijalad
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