En Flores
Jueves 18 de abril de 2013
La casa en la que vivió en sus primeros años quedó señalada
con una placa colocada por la Legislatura porteña.
"En esta casa pasó su infancia el papa Francisco.
Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", dice la pieza de
mármol blanco que fue adosada al frente de la vivienda de la calle Membrillar
531.
El aspecto de la casa es muy distinto al de la modesta
vivienda de una sola planta que hace 70 años ocupaba allí la familia Bergoglio,
formada por los inmigrantes italianos Mario, empleado ferroviario, y Regina
Sívori, ama de casa, con cinco hijos.
Está inserta en un barrio de viviendas de dos plantas y árboles
mal podados, y está a siete cuadras de la parroquia San José de Flores, donde
un joven Bergoglio descubrió su vocación religiosa.
Unas 250 personas asistieron a la ceremonia presidida por
las banderas argentina, vaticana y porteña, y encabezada por el vicepresidente
primero del cuerpo legislativo, Cristian Ritondo, en cumplimiento de una
resolución aprobada el 21 de marzo último.
"Su elección como papa es una reivindicación del
compromiso, una reivindicación de la Iglesia más profunda, de la Iglesia de los
pobres", dijo el político del PRO.
Entre los asistentes había muchos que conocieron a Bergoglio
como arzobispo de Buenos Aires, y al menos uno que lo trató de chico: el músico
Mario Valdez, un compañero de quinto grado en 1948.
"La calle estaba empedrada y en la esquina, donde ahora
está la placita `Herminia Brumana`, era el potrero donde los pibes del barrio
jugaban al fútbol. Yo no porque era un patadura, pero a él le gustaba
mucho", recordó el tocayo del papa.
Estela Maris Boles, por su parte, contó que el cardenal
Bergoglio "iba a San José todos los meses; la gente llenaba la plaza
Flores, y él nos bendecía". A su lado, Daniel Aguilar dijo estar muy
contento de tener "un papa argentino", y Ofelia Varela aseguró que el
arzobispo siempre iba a la fiesta patronal de Nuestra Señora de los Remedios.
A Teresa del Río, que vive a dos cuadras de la Catedral, le
cuesta acostumbrarse a "tener un papa tan cercano".
"A diferencia de otros, como Juan Pablo II que sólo
pude ver de lejos en el Vaticano y cuando visitó Buenos Aires, este es un papa
que me dio muchas veces la eucaristía", testimonia.
En el frente de la ahora histórica casa se exhibió durante
el acto el cuadro "Habemus Papam", primer óleo del mundo sobre el
papa Francisco, obra de la artista Mercedes Fariña, de 36 años, vecina de
Flores, que participó en la ceremonia.
En los comercios de la zona, desde pizzerías hasta
inmobiliarias, se anunciaba el acto con una imagen del papa. Algunos tenían
carteles añadidos como un "Argentina reza por vos", puesto en la
vidriera de la ferretería de Directorio y Membrillar.
El redactor del proyecto en la Legislatura fue el diputado
Roberto Quattromano (PRO), también presente, quien se declaró "emocionado
y orgulloso de tener un papa argentino".
En tanto, el diputado Alejandro Amor (FpV) dijo que
"antes era Jorge, hoy es Francisco, siempre es y será el padre
Bergoglio".
A las 13.48 los legisladores e invitados especiales,
incluida la biógrafa del pontífice, Francesca Ambrogetti, tiraron de las cintitas
argentinas y desprendieron el lienzo blanco para dejar descubierta la placa,
colocada a dos metros de altura sobre la fachada revestida de granito rojo.
El lugar será una referencia infaltable en los circuitos
turísticos que están organizando la Ciudad y guías y agencias privadas por los
lugares de Buenos Aires asociados con el papa.
Otros legisladores presentes fueron Lía Rueda, Carmen
Polledo, Raquel Herrero, y también el presidente de la comuna 7, Guillermo
Peña, y las comuneras Victoria Cáceres y Felisa Lidia Marinaro.
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