Carlos Marín | Jueves 31 de enero de 2013
Guy Ryder, director General de la Organización Internacional
del Trabajo, estuvo en nuestro país y fue recibido por la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner. Destacó el compromiso del Gobierno con el empleo y la
inclusión social.
"Veo un compromiso con el empleo", dijo Guy Ryder, director
general de la OIT, tras entrevistarse en Buenos Aires con la Presidenta
Cristina Fernández de Kirchner y con representantes de Gobierno, empleadores y
trabajadores. Mientras en Europa hay una fuerte crisis "aquí se siente un
ambiente mucho más positivo". Evaluó, asimismo, que "la región tiene el
reto de generar empleos de calidad...".
Estas declaraciones son de una gran importancia, y cobran
mayor relevancia a la luz de las últimas investigaciones realizadas por la
Organización Internacional del Trabajo.
En este sentido, en el Informe Mundial sobre Salarios
2012/2013 - Salarios y El Crecimiento Equitativo podemos observar que las
conclusiones son las siguientes: "...La
crisis mundial ha tenido repercusiones muy negativas para los mercados de
trabajo de gran parte del mundo, y la recuperación está revelándose incierta e
inaprensible. A escala mundial, los salarios medios han crecido, aunque a un
ritmo menor que antes de la crisis. El Informe Mundial sobre Salarios 2012/2013
muestra que el impacto de la crisis en los salarios dista mucho de ser
uniforme. En las economías desarrolladas, la crisis ha llevado a una 'doble
caída' de los salarios: los salarios medios reales disminuyeron en 2008 y de
nuevo en 2011, y el panorama actual parece indicar que, en muchos de estos
países, 2012 está registrando un crecimiento nulo o muy escaso de los salarios.
En las regiones emergentes, el crecimiento salarial ha sido, por lo general,
más firme, con un crecimiento fuerte en Asia, y más modesto en África, América
Latina y el Caribe...".
Asimismo, en el Informe sobre Tendencias Mundiales del
Empleo 2013 se delinean las siguientes perspectivas: "El desempleo mundial ha
subido tras registrar una disminución durante dos años consecutivos y podría
aumentar aún más en 2013", advirtió la Organización Internacional del
Trabajo (OIT). El número de desempleados en el mundo aumentó en 4,2 millones en
2012 hasta más de 197 millones, un 5,9 por ciento de la tasa de desempleo, de
acuerdo con las Tendencias Mundiales del Empleo 2013.
Un cuarto de este incremento tuvo lugar en las economías
desarrolladas, mientras que tres cuartas partes se debieron al efecto
secundario que esto tuvo sobre otras regiones, en especial en Asia Oriental,
Asia Meridional y el África Subsahariana. "La incertidumbre en torno a las
perspectivas económicas, y las inadecuadas políticas que se han implementado
para lidiar con ello, han debilitado la demanda agregada, frenando así las
inversiones y la contratación. Esto ha prolongado la crisis del mercado laboral
en varios países, reduciendo la creación de empleos y aumentando la duración
del desempleo aún en algunos países que antes tenían tasas de desempleo bajas y
mercados de trabajo dinámicos".
"Además, muchos de los nuevos puesto de trabajo requieren de
competencias que las personas que buscan trabajo no tienen", agregó Ryder. "Los
gobiernos deberían intensificar los esfuerzos dirigidos a apoyar las actividades
relacionadas con las competencias y la recapacitación a fin de abordar este
tipo de desajustes que afectan a los jóvenes de manera particular"
En esta estas tendencias, tan poco halagueñas como se puede
advertir por lo extractado del informe, y las propias declaraciones de Guy
Ryder con las que encabezáramos esta nota, la Argentina se encuentra en el buen
camino, demostrado ampliamente en la creación de empleo, aún en épocas de
crisis.
Las cuentas pendientes son la regularización de determinadas
prácticas ilegales de la estructura laboral Argentina.
Como se desprende del informe de la OIT, las políticas
activas y un Estado presente, no neutral, con sentido social son indispensables
para la creación de empleo. Las políticas liberales o neoliberales terminan
siendo perniciosa porque siempre tienden a restringir el mercado interno y a
concentrar la riqueza en pocas manos.
Como siempre la disyuntiva se da entre dos modelos: uno de
tipo social y otro de neto corte individual elitista, que tiende a distribuir
la riqueza en pocas manos.
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