El dictador no conserva ni los códigos
Lunes 23 de julio de 2012
El dictador argentino Jorge Rafael Videla aseguró en una
entrevista que altos cargos de la Iglesia católica estaban al tanto de las
desapariciones durante el régimen de facto (1976-1983) y hasta se ofrecieron a
informar a los familiares de las víctimas sobre los asesinatos.
En la entrevista, realizada por la revista El Sur, de la
ciudad de Río Cuarto, y reproducida en parte por el diario
Página/12, el expresidente de facto afirmó que la
"desaparición de personas fue una cosa lamentable" en lo que insistió
en llamar "guerra" contra la subversión.
Videla dijo que era un asunto del que había hablado
"con muchas personas", entre ellas, según precisó, el entonces nuncio
apostólico en Argentina, Pío Laghi -fallecido en 2009-, quien fuera cardenal
primado del país, Raúl Primatesta -fallecido en 2006-, y otros obispos de la
Conferencia Episcopal local.
"Con ellos hemos tenido muchas charlas. (...) Se lo
planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de
manejarla", dijo Videla, de 86 años, el primero de los cuatro presidentes
de la dictadura y condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.
El ex dictador sostuvo que "la Iglesia ofreció sus buenos
oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso
político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque
estaba muerto".
"La repregunta es un derecho que todas las familias
tienen. Eso lo comprendió bien la Iglesia y también asumió los riesgos",
afirmó Videla.
La entrevista, publicada por la revista El Sur esta semana,
fue realizada en 2010, cuando Videla permanecía en una prisión de la central
ciudad de Córdoba, mientras era sometido allí a juicio oral por delitos de lesa
humanidad, por los que fue condenado.
La entrevista fue realizada por el periodista Adolfo Ruiz,
quien en la revista El Sur explicó que hasta ahora no la había divulgado tras
dar su palabra a Videla, que entonces le pidió al reportero que no publicara
nada hasta que él muriera.
"Sé que mis expresiones van a causar dolor en mucha
gente", justificó el expresidente de facto.
Sin embargo, según Ruiz, fue el propio Videla quien
quebrantó el compromiso asumido "concediendo una entrevista publicable al
periodista español Ricardo Angoso, que vio la luz en la revista Cambio 16 en
febrero de este año".
Como en otras ocasiones, en la entrevista el exdictador
justificó las acciones de represión desplegadas por los militares en base a los
"decretos de aniquilación" firmados por el expresidente interino
Italo Luder.
Cuando se le preguntó si las torturas, el robo de bebés
hijos de desaparecidos y la usurpación de bienes propiedad de las víctimas
formaba parte del plan para "aniquilar" a la subversión, Videla tachó
esos actos como "bajezas humanas" derivadas del gran "poder y
libertad de acción otorgados al Ejército".
"Es inevitable que muchos utilicen esas libertades en
beneficio propio", justificó.
Videla dijo que sobre el final de su mandato, en 1981, la
Junta militar pensó en la posibilidad de publicar una lista con los nombres de
las víctimas secuestradas y desaparecidas, algo que finalmente descartó.
"Si a una madre le decíamos que su hijo estaba en la
lista, nadie le impediría que preguntara ¿dónde está enterrado, para llevarle
una flor? ¿quiénes lo mataron? ¿por qué? ¿cómo lo mataron? No había respuestas
para cada una de esas preguntas, y creímos que era embochinchar (hacer ruido,
lío) más esa realidad, y que sólo lograríamos afectar la credibilidad",
alegó con la cuota de cinismo que lo caracteriza.
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