El 2011 promete. La inestabilidad política y la carencia de acuerdos entre los dos grandes partidos, que ya es muy alta, puede empeorar. Los Gobiernos nacional y autonómicos y los ayuntamientos están sin un duro y algunos con problemas para pagar las nóminas cada mes. Los sindicatos, que se oponen a la reforma de las pensiones y a más reformas laborales, amenazan con una nueva huelga general que, sin duda, ayudará a mejorar notablemente la situación. Los que han invertido sus ahorros en la Bolsa ven cómo cada día tienen menos y los que los tienen en los bancos, peor. No habrá más empleo y tal vez sigamos destruyendo empleo. Los mercados, ese ente invisible que nos gobierna, presionan cada día para que hagamos más reformas que el Gobierno no es capaz de acometer y el crédito que perdemos nos coloca en una situación aún más difícil. Debemos lo que no está escrito y para pagarlo tenemos que endeudarnos más y a un interés más elevado. El euro ha sufrido este año el mayor castigo frente al dólar desde 2005...
Así que he decidido desear a todos mis amigos, compañeros y lectores un "soportable 2011". Sobreviviremos, a pesar de todo. El mundo no se ha acabado todavía a pesar de las tragedias, de los desastres y de los políticos de turno. Su capacidad de aguante parece infinita. Y, además, la felicidad es algo relativo. Giacomo Leopardi decía que "la felicidad está en la ignorancia de la verdad" y Alberto Moravia que "la felicidad es tanto mayor cuanto menos la advertimos", de manera que cuanto menos sepamos, más felices podremos ser. No se armen líos: ignoren lo que pasa y no aspiren demasiado a ser felices. Simplemente disfruten de cada minuto que queda de 2010 y entren en el año nuevo preparados para todo pero con esperanza. Sonrían a pesar de todo. De momento es gratis... Feliz 2011, de verdad.