Noticias

La pelea está ya en las autonómicas, no en las europeas

Jueves 23 de abril de 2009
Si echamos un somero vistazo a nuestro alrededor, podremos comprobar que las inminentes elecciones europeas del 7 de junio no interesan a casi nadie. Máxime cuando se atisba con cierta claridad que el resultado es adivinable, no hay demasiada emoción: ganará, si no ocurre lo imprevisto, el Partido Popular. Otra valla saltada por Mariano Rajoy, y pase de página. Me da la impresión de que la batalla está ya situada algo más allá. Concretamente, en las próximas elecciones municipales y autonómicas, donde el reparto del poder es mucho más tangible y el efecto sobre las elecciones generales, mucho más notable.

En estos días, en estas horas, se producen algunos hechos, percibimos algunas sensaciones, que nos hacen pensar en que se están tomando posiciones de cara a esa confrontación electoral que no tendrá lugar hasta la primavera de 2011, pero que, sin embargo, parecen tan cercanas a la luz de los acontecimientos recientes.

Por ejemplo, ya tenemos un nuevo gobierno andaluz, muy pensado para que los socialistas retengan el poder en la comunidad más grande e importante de España desde el punto de vista de la acumulación de escaños y la captación de votos: sin Andalucía, nadie tiene el poder en España. Y ahora, las encuestas dicen que ya no es tan segura una victoria del PSOE. Por eso, la gran sorpresa tras la salida de Chaves para viajar a Madrid como vicepresidente del Ejecutivo central ha sido la oferta que la carismática alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, hasta ahora de Izquierda Unida, ha recibido de Griñán para unirse al nuevo gobierno andaluz. Un guiño al electorado de izquierda, en detrimento, claro está, de esa Izquierda Unida que aún retiene cierto poder municipal.

Y tenemos, otro ejemplo, los ataques que menudean contra el presidente valenciano, Francisco Camps. Un diario considerado no lejano a los planteamientos socialistas insiste en vincularlo, me parece que sin demasiado fundamento, al corazón de la ‘trama Gürtel’. Ser amigo de 'El bigotes' e incluso recibir uno o varios trajes como regalo no te convierte automáticamente en delincuente, aunque haya amistades que, como dice el refrán, matan. Al menos, presentadas desde el ángulo ridículo, pueden matar de risa al personal, y eso es lo peor que se puede hacer con un dirigente político: ridiculizarlo. Sospecho que no resultará tan fácil desalojar a Camps de la presidencia de la Generalitat con estas tácticas...a menos, claro está que el desánimo le hiciese en alguna ocasión tirar la toalla.

O tenemos, si me lo permiten, el caso de Castilla-La Mancha y su caja. No piensen que el asunto nada tiene que ver con la batalla por la captación de votos que ya se está librando en una Comunidad de tradición socialista, pero por la que compite nada menos que la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal. O la pelea por la financiación en Cataluña, donde las elecciones tendrán lugar ya el año que viene y las posiciones de cada cual se van decantando: quién sabe por dónde saldrán las alianzas de poder en una Comunidad que, tras Andalucía y por delante de Madrid, decide quién gobernará en España. O, ahora que lo menciono, lo de Madrid, donde la batalla es, como se sabe, permanente y a veces algo surrealista, abarcando desde la Caja hasta las acusaciones por espionaje político: el evidente desgaste de Esperanza Aguirre augura posibilidades de sorpresa. O así sería, al menos, si los socialistas fuesen capaces de oponer una candidatura potente a la de la ‘lideresa’.

Y más: los alcaldes pueblan ahora las ciudades de molestas obras para que concluyan allá por comienzos de ese 2011, que será cuando, con las urnas ya desenfundadas, podrán inaugurarlas. Los presidentes autonómicos insisten en proclamar sus austeridades y en salir en la foto... Y un larguísimo etcétera. Ya digo: en lo de Estrasburgo solamente piensan quienes aspiran a disfrutar de la beca de eurodiputado durante los próximos años. Los demás ya están preparando el terreno... para quedárselo.