Un repasillo a la campaña
Por
Pascual Hernández del Moral.
sábado 16 de mayo de 2015, 10:56h
En las campañas electorales salen a relucir lo
peorcito que cada uno de los candidatos guarda dentro.
Bueno, he de hacer una salvedad: he oído al
exministro Gabilondo y me ha parecido su discurso sosegado, tranquilo,
respetuoso con sus electores y con los demás, incluso con los demás candidatos.
Y ha dicho con claridad meridiana que él es INDEPENDIENTE políticamente, aunque
se presente por los socialistas; que oirá los consejos que le den desde el
partido, pero que no se ve a sí mismo obedeciendo a carta cabal a lo que le
manden desde Ferraz. Muy bien me parece a mí esta manifestación de
"independencia". Luego, en caso de ganar o de ser la "minoría mayoritaria",
veremos a ver, que dijo un ciego.
El resto de los mandamases socialistas, a lo
suyo: crítica inconsistente, acusaciones sin fundamente, ataques sin soporte,
lanzamiento de falacias y promesas que saben que no cumplirán: ¿recuerdan todos
al viejo profesor, que decía que "las `promesas de campaña están para ser
incumplidas"?. Ellos salían a la calle con la seguridad de que, fueran donde
fueran, habría siempre palmeros que los llevarían en volandas. Pero a PEDRO
SÁNCHEZ en Málaga le salió la gata, gato: le sometieron a un "escrache" los
trabajadores despedidos de INTELHORCE, y, contra su voluntad y valentía, tuvo
que llevar junto a él unos cuantos guardias, por si acaso. ¡Lo que hay que ver!
Los demás candidatos, a lo suyo. Me divierte
mucho oír al gerifalte de PODEMOS, Pablo (dejo el chiste fácil, lo de Pablete,
Pablillo, que García le dedicaba al gerifalte futboleros de hace años). En sus
discursos se nota que ellos son "modernos" y que han subido gracias a las horas
de TV: parece enteramente que sus discursos son LETRAS DE COPLAS RAP, con un
tono algunas octavas por encima de lo normal, expresión lineal y rápida,
ausencia de curva melódica y mucho, mucho énfasis fruto del "cabreo". Si le
sirve para ganar hipotéticos votantes, pues adelante: a quien Marx se la dé,
Chavez... pues eso.
Las candidatas del PP aquí, en Madrid, a lo
suyo: la que va para la Comunidad, muy prudente y contenida, con pocos
aspavientos, y con un discurso comedido y cortés, más parecido a preces de
monja que a arrebato de campaña; quizás para compensar a la del ayuntamiento
capitalino: ayer hasta nos presentó a su perrito, que completa la lista de
chiquillos (la niña de Rajoy, el muchachito de Sánchez...) con los que hacen el
ridículo tantos líderes que quieren tocar la fibra sensible del posible votante.
El mandamás de Ciudadanos serio y delicado,
como los hijos de buena familia, repeinados y vestidos con atildamiento. A
veces, se le va "la pinza", que dicen los modernos, y expresa también sus
tonterías, como esa de que sólo "purificarán" el sistema los nacidos en
democracia, "sin mochila". Los demás ya no servimos para gobernar este país;
pero, hijo mío, si dada la falta de muchachos (porque nadie quiere tener niños
y los que hay parece que van por otros derroteros), si quieres que te voten
tendrán que ser los mayores, alma de Dios. No los desprecies, que te puedes
quedar como la una.
¿Y en mi tierra andaluza? Pues ahí estamos, sin
gobierno, ni falta que hace. Susanita, hija política de quien es, criada a los
pechos del partido, a la que no se le conoce otra ocupación que ser la eterna
estudiante de Derecho y las entretelas del partido, está de los nervios. Habría
tener cuidado con ella porque no malpariera, que los disgustos son muy malos en
su situación de buena esperanza. Si en un momento se creyó que era la gran
esperanza blanca del partido, y la encumbraron, y la cortejaron, y la
endiosaron... la caída ha sido brusca. Está feo, muy feo, que ni se haya
encontrado con el jefe supremo en ningún acto de campaña, dejando claro que la
cosa no está clara, valga la contradicción. Cada uno por su cuenta, y a esperar
a ver qué sale en la siguiente "fiesta de la democracia!" para ver si se puede
cerrar el gobierno andaluz.
Pero, bueno, tampoco Aznar y Rajoy se ven
juntos mucho en esta campaña, aunque uno sea deportivamente un experto en pádel,
y el otro un Bahamontes...
¡Y aún queda una semana! Como decía Cristo,
"Padre, aparta de mí ese cáliz".
Pascual Hernández del Moral.