Dice la expresión
popular que una cosa no tiene ni pies ni cabeza cuando no se le encuentra
sentido a algo, cuando no tiene lógica. Se hacen tantas cosas sin sentido con
los dineros públicos que uno llega a pensar que hay más políticos sin cabeza
que con pies, puede que sea porque los necesiten para salir corriendo el día
que se le hinchen las narices a los que pagan y se armen en represalias.
La noticia de que la
Junta de Andalucía destinará en 2014 a Palestina y la franja de Gaza una dotación
económica para ayuda humanitaria de unos 800.000 euros, igual cantidad que en
el ejercicio anterior, anunciada por el vicepresidente y consejero de
Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, es de esas
cosas que te ponen mal el bajo pecho y te revuelven las tripas a partes
iguales. Y uno no llega a acostumbrarse a que se despilfarren los recursos
económicos de los españoles, en este caso de los andaluces, en misiones y
cuestiones que competen más a la comunidad internacional que a una región de un
país minúsculo que la mayoría de los que reciben la ayuda no sabrían situar en
el mapa.
No hace ni un mes que
se hizo público el informe sobre la pobreza en Andalucía, algo estremecedor, no
hace ni dos que la gente se manifestaba por una solución a la vivienda, pero
debe ser algo tan nimio para Valderas y su cohorte, que prefieren mandar al
carajo a sus paisanos, que necesitan atención primaria de primera magnitud, y
deciden apoyar gestos humanitarios en otros países, mientras en los barrios de
las ciudades de Andalucía la gente se come los codos de hambre.
Por mucho que uno
trate de entenderlo seguirá con la idea de que este tipo de decisiones no
tienen argumento, vamos que no tienen ni pies ni cabeza, ni lógica que la
sustente. Despilfarran nuestros políticos los recursos de todos, no para paliar
el hambre, no para sostener una catástrofe natural; una inundación o un
terremoto, que va, no es por eso, es para figurar en la lista de los
movimientos de izquierdas a nivel mundial, olvidando quizá, que muchas de esas
ayudas van a parar a manos de células terroristas en cualquier parte del mundo.
Es bueno que haya
solidaridad, es bueno que los que más tienen ayuden a los menos favorecidos, es
bueno que el bienestar social se reparta equitativamente, pero soy de los que
opina que se debe empezar por nuestra casa. No vería con malos ojos que la
Junta destinara esos 800.000 euros anuales a situaciones de extrema gravedad y
precariedad social, que las hay y muchas, pero me parece una decisión sin pies
ni cabeza, que se queden sin comer los niños chicos en Andalucía, para tapar
medianamente el parche del hambre en el quinto carajo.
Lo que más me enerva,
me cabrea, me repatea y me toca la fibra de lo visceral, es que encima el amigo
Valderas se despache con el argumento de que "Se trata de dar a conocer
las vivencias de los campos de refugiados y estimular la solidaridad para
recabar más ayuda humanitaria. Este pueblo vive en una debilidad enorme, con
aumento muy peligroso del nivel de pobreza y necesidad de primera magnitud, con
más del 50 por ciento de paro en zonas de Palestina como Gaza", lo que me
inquieta soberanamente, ya que parece ser que Valderas no conoce la realidad
que vive la región de España en la que gobierna.
Les salva a Diego Valderas
y a Susana Díaz, el que los andaluces que más perjudicados se van a sentir por
estas ayudas que no van a ver ni de lejos, no tienen ni para Internet, ni
comprar el periódico y mucho me temo que ni entiendan tal situación, es más, no
creo que ni uno solo de estos perjudicados llegue a leer estas cuatro líneas de
opinión, pero de hacerlo, deberían pedir responsabilidades, dimisiones, o por
lo menos un plato de comida caliente para ahogar la rabia. Tenemos lo que nos
merecemos, dice el recurso del pataleo, pero yo no creo que ningún andaluz se
merezca pasar hambre ni vivir en una precaria situación mientras los impuestos
de todos van a parar a saco roto.
Debería el señor
Valderas y sus palmeros,
matar el hambre de
otros con sus dineros,
que aquí hace tiempo
que hilan tan fino,
que para comer
caliente voy a tener que irme,
de palestino.
Ismael Álvarez de Toledo
Escritor y periodista
http://www.ismaelalvarezdetoledo.com