La estrategia llevada hasta el momento por
Aguirre es una estrategia colegiada, en la medida que la presidenta no ha hecho nada que haya sorprendido a su entorno pero si especialmente alentada por
Güemes y
Nacho González que son los dos más convencidos de que su “jefa” podría ganar el Congreso. A la vista de las reacciones en masa de los barones, la estrategia es cambiar de estrategia. Creen que el posible intento de Esperanza Aguirre de conseguir los 600 compromisarios necesarios para presentar candidatura crearía
“Tal terremoto que, como en las empresas, hay que hacer una evaluación inteligente de costes”. Y esta nueva e incipiente estrategia basada en la decisión de no competir con
Rajoy y rebajar el tono dialéctico ha comenzado a fraguarse.
La primera muestra ha sido la enmienda presentada por
Iñigo Hernandez de Vigo pidiendo primarias para la elección de candidato. Esta propuesta aglutina a los
“alternativos” .Los 200 compromisarios de Madrid, algunos de Alicante y Cantabria, sin descartar posibles apoyos de Cataluña y Andalucía defenderán de manera coordinada y contundente la citada enmienda que está bien vista por algún sector de grupo parlamentario del Congreso. El hecho de que
Álvarez Cascos acuda como compromisario por Madrid tampoco es casualidad y se augura que
“se hará notar en Valencia”.
El hecho de que poco a poco se vaya percibiendo un cambio en la estrategia no modifica en absoluto el malestar de fondo existente en el “clan de los 25”. Confiesan sentirse
“muy dolidos” con Mariano Rajoy.
“No hemos podido hacer más de lo que hemos hecho para que gane las elecciones. Nadie como Esperanza le ha tenido a lo largo de estos cuatro años en la primera fila de actos que competian en exclusiva a la Comunidad. No se entiende, no se entiende el trato que Rajoy le ha dado, nos ha dado a todos”. Cuentan como, por ejemplo, en la noche electoral, Esperanza Aguirre -
“arreglada para salir”- vivió la desagradable experiencia de ver como
“Rajoy pasaba a su lado para salir al balcón y ni la saludó”. En el 'clan de los 25' se ha llegado a la conclusión, quizás demasiado simplista, de que
“a Rajoy, no se sabe por qué, Esperanza no le cae bien”.
Lo cierto es que el PP de Madrid o al menos entre sus dirigentes se ha generado una profunda distancia en relación a Génov
a “y eso de una u otra manera siempre aflora”. Creen, sin embargo, que
“a nosotros, por decirlo así, se nos ve venir. El problema de Rajoy es que quizás los que dicen que están con él a lo mejor no lo están tanto”.
Un punto de razón no les falta. Es opinión mayoritaria entre los que tienen
“algo que decir en el PP” que
“salvo que las cosas vayan muy rodadas”, Mariano Rajoy “tendrá una nueva reválida en el 2011 porque aunque nadie lo diga en público hasta los que dicen apoyarle tienen la seguridad de que no será el candidato en el 2012, lo que ocurre es que ahora ningún barón tiene prisa. Rajoy es para ellos una garantía de continuidad y como todos tienen tiempo porque sus mandatos están en plena vigencia, la estrategia de fondo es esperar y algunos esperan para ver como se cae de la silla”.
Todos, barones y no barones y desde luego Rajoy saben que las tres próximas citas electorales -País Vasco, Galicia y Cataluña- van a ser termómetros de la situación, reconociendo , eso sí, que ni Rajoy ni nadie
“puede hacer milagros”. Por eso, porque se da por descontado que los resultados no van a ser buenos, las miradas se ponen en las elecciones europeas y como candidato ya se piensa en
Alberto Ruiz-Gallardón.
“Hay que apostar a caballo ganador” se asegura desde el entorno de Rajoy en donde además se augura que
“de todo este maremagnun la única que de verdad va a sobrevivir es Soraya”.