Así mismo, animó al pueblo africano a luchar contra la corrupción, aclarando que la ayuda de Estados Unidos al desarrollo del continente, estará ligada al respeto de las reglas democráticas. "El desarrollo depende de una buena administración. Es un ingrediente que ha faltado durante mucho tiempo y en demasiados lugares", enfatizó el mandatario.
El hecho de que Obama no visitara primero Kenia, el país de sus orígenes, fue interpretado como un premio a un país que es ejemplo de una sana democracia desde 1992, en comparación con otros de África en donde reinan las dictaduras, donde los presidentes se eternizan en el poder y donde abundan las guerras y la miseria.
No obstante, ante las criticas a la responsabilidad del colonialismo americano, afirmó: "Es fácil acusar a los demás (...) pero Occidente no es responsable de la destrucción de la economía zimbabuense en la última década, o de las guerras en las que se enrola a niños entre los combatientes".
Durante su visita, el primer presidente negro de Estados Unidos, también recordó a aquellos africanos a quienes la esclavitud obligó a "un viaje sin retorno". A ellos les rindió un sentido homenaje.