Y, a cambio, se plantea dar ayudas de 400 euros a parados sin protección. Gobierno, empresarios y sindicatos llevan meses atascados en el Diálogo Social sin obtener apenas resultados. El ejecutivo necesita dar un paso adelante y exhibir una actitud reformista, sobre todo con el paro galopando y un resultado mas que mediocre en las elecciones europeas que, cada vez más se reconoce, es fruto de una política económica ante la crisis que los ciudadanos rechazan.
Una de las propuestas mas desarrolladas es la de conceder ayudas de unos 400 euros para parados sin protección. Las últimas cifras oficiales sitúan a este colectivo en torno al millón de personas. Si nos situamos en esa hipótesis, la medida costaría 400 millones de euros al mes.
Rodriguez Zapatero se quiere comprometer con los agentes sociales, en especial con los sindicatos, en torno a este tema porque forma parte de uno de los puntos de su "salida social" a la crisis. El problema es que las cosas van a peor. Las previsiones de Economía indican una revisión al alza del retroceso de la economía, un descenso superior en dos puntos al previsto en su última revisión, el 3,6%. Un retroceso económica de tal calibre supone, a su vez, un incremento del déficit por mucho que se rebaje, tal y como se ha hecho, el techo del gasto público. No hay más remedio que incrementar los ingresos. De ahí que se esté manejando la posibilidad de incrementar la presión fiscal. ¿De que manera?
Las primeras ideas, y mas urgentes, ya se han puesto en marcha. Compensar la bajada del petróleo con el incremento de los impuestos que gravan los hidrocarburos, y aumentar el tipo impositivo específico que grava la venta del tabaco.
Elena Salgado, cuantificó, este viernes pasado, en algo más de 3.000 millones de euros la cantidad a ingresar por estas subidas que, en cualquier caso, suponen ciertas incógnitas, sobre todo por lo que pueden afectar al consumo y a la inflación. Esta segunda variable macroeconómica no preocupa, todo lo contrario: se busca un repute que ponga el índice de precios en baremos positivos para evitar la deflación. Pero también se teme el efecto contrario. Que una nueva subida de carburantes traiga como consecuencia una nueva caída del consumo. Todo está por ver.
En cuanto a lo que se avecina, el nuevo equipo ministerial de Economía estima como inútil el incentivo fiscal de los 400 euros porque no ayuda, en estos momentos, a reactivar el consumo. Asimismo, la medida que supone penalizar las retribuciones de los ejecutivos de las empresas en crisis, no es otra cosa que un gesto, copiado de las medidas que se están adoptando en los Estados Unidos, y que no tendrá efectos recaudatorios. Aunque, eso sí, quedará muy bien de cara a la opinión pública. Se busca, sobre todo, que las cantidades importantes de dinero que se van a inyectar, por ejemplo en el sector financiero, o en el automovilístico, no sirvan de excusas para críticas sobre la relación causa-efecto en materia retributiva de los directivos de esas empresas. En otras palabras, casi con toda seguridad, les va a costar mucho a los bancos, tal y como están las cosas, justificar el reparto de dividendos recibiendo 90.000 millones de euros del Estado.
Primeros 'desmentidos' y matices
Antes las noticias que circulaban al respecto, el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos,
Carlos Ocaña, admitió que el Gobierno tendrá que revisar y modificar algunas figuras impositivas para reducir el déficit de las Administraciones Públicas y volver al equilibrio presupuestario, aunque rechazó de plano la posibilidad de acometer ahora una subida del IVA.
También habló el presidente de la patronal de grandes constructoras Seopan,
David Taguas, quien propone seguir aumentando los impuestos indirectos y bajar los relacionados con el trabajo, esto es, el IRPF y las cotizaciones sociales.
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