VIERNES 10 OCTUBRE / 20.00.
Auditorio Pilar Bardem.
6 a 12 euros (ver descuentos).
Compra: web entradas.rivasciudad.es y taquilla del auditorio (jueves y viernes, de 19.00 a 21.00, y días con función desde una hora antes).
Pocas figuras del canto han logrado transmitir un desgarro tan profundo como Chavela Vargas (1919-2012). La icónica cantante mexicana ha dado vida a melodías conmovedoras que han resonado en el corazón del público hispanoamericano, evocando tanto el dolor de los desamores como la celebración de la vida, siempre acompañada de un buen trago de tequila. Junto a otras grandes como Mercedes Sosa o Chabuca Granda, Chavela se erige en un altar mayor del patrimonio sonoro latinoamericano.
La grandeza de Chavela no podía permanecer al margen del teatro. La dramaturga y directora Carolina Román ha decidido rendirle homenaje llevando su historia a las tablas en la tercera función de la temporada otoñal del Auditorio Pilar Bardem.
Un viaje entre mundos
La obra comienza con el regreso a casa de Chavela tras su última gira. En tres días, su amiga La Pelona vendrá a buscarla, mientras ella transita entre este mundo y el más allá. “De vez en cuando olvida quién es, pero un hilo rojo la lleva lejos: a esos lugares donde amó la vida, a un limbo de recuerdos que la visitan antes de la partida”, comentan desde Rokamboleskas, productora del montaje.
Diversas actrices interpretan esta pieza: Luisa Gavasa, Paula Iwasaki, Raquel Varela, y Laura Porras. Además, Nita, cofundadora de Fuel Fandango, se une al elenco para cantar cuando Chavela lo hace. La dirección musical está a cargo de Alejandro Pelayo, quien asegura que en una obra dedicada a Chavela no pueden faltar las canciones que tocan el alma como aguardiente, acompañadas por un piano en directo.
Canto y trascendencia
"Chavela Vargas vino al mundo a cantar verdades con el corazón y con la daga de su voz", citan desde Rokamboleskas. La artista dejó claro en vida: “Yo no me voy a morir porque soy una chamana y nosotros no nos morimos, nosotros trascendemos”. Su legado invita a reflexionar sobre nuestra propia existencia y nos anima a brindar por esa muerte que se convierte en vida.