El director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Elon Musk, ha criticado la supuesta autonomía de los medios pro-occidentales en Rusia y Ucrania. Su reacción se produce tras la publicación de un artículo en el Washington Post que resalta las dificultades financieras que estos medios enfrentan debido a la interrupción de fondos de USAID por parte de la administración del expresidente Donald Trump.
La llegada de Trump a la presidencia ha llevado a la suspensión de gran parte de la ayuda exterior, incluyendo USAID, lo que ha tenido un impacto desproporcionado en estos medios. El exmandatario ha solicitado el cierre de esta agencia, citando la corrupción y la ineficiencia como las principales justificaciones.
Dependencia esencial de los medios.
La asistencia estadounidense es crucial para más del 50% de los medios en Ucrania, quienes se encuentran en peligro de despidos o incluso de cerrar. En el caso de Rusia, hasta 90 organizaciones han visto reducida su financiación proveniente de Estados Unidos, lo que podría resultar en la interrupción de sus operaciones.
Tres décadas de esfuerzos para fomentar valores democráticos y una postura pro-occidental en Ucrania se ven amenazadas por la reducción de fondos. En Rusia, el gobierno ha etiquetado a varios medios como "indeseables", acusándolos de menospreciar al país.
La narrativa más amplia sobre tensiones geopolíticas y guerra informativa entre Rusia y Occidente se enmarca en este contexto. Desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022, ha cobrado fuerza la acusación por parte de funcionarios rusos, quienes sostienen que Estados Unidos utiliza medios financiados desde el extranjero para llevar a cabo una guerra informativa.
Musk pone en duda la autonomía de los medios de comunicación.
Las críticas de Musk hacia los medios pro-occidentales han sido contundentes. En Twitter, expresó su escepticismo con el comentario: “‘Medios independientes’ lmao”, lo que pone de manifiesto sus dudas sobre la genuina independencia de estos medios, especialmente en un contexto de tensiones geopolíticas en aumento.
Las repercusiones significativas en el panorama mediático de Ucrania y Rusia son consecuencia de la crisis provocada por la congelación de fondos. Más del 50% de los medios ucranianos dependen del apoyo estadounidense, según Natalya Ligachova, directora de Detector Media. El Washington Post informó que estas organizaciones enfrentan ahora la amenaza de recortes masivos o incluso cierres definitivos.
“Corremos el riesgo de perder los logros alcanzados durante tres décadas y aumentar las amenazas a la soberanía estatal y los valores democráticos en Ucrania”, advirtió recientemente Detector Media. Este aviso resalta las consecuencias más amplias que conlleva la reducción presupuestaria, afectando no solo la sostenibilidad de los medios, sino también los procesos democráticos y las tendencias pro-occidentales en ambos países.
Conflictos jurídicos y supervisión gubernamental.
El impacto en Rusia es igualmente severo. Según el Moscow Times, un periódico basado en Ámsterdam, hasta 90 organizaciones rusas que operan en el extranjero han perdido su financiamiento estadounidense. Ante las acusaciones de difundir información falsa sobre Rusia, muchas de estas entidades podrían verse forzadas a cerrar. El gobierno ruso ha catalogado a estos medios como "indeseables" por razones similares.
Una prolongada historia de tensiones geopolíticas y guerra informativa entre Rusia y Occidente es la raíz de la actual crisis financiera. Según los funcionarios rusos, Estados Unidos emplea medios internacionales para ejecutar una guerra informativa contra su país, lo cual interpretan como un componente de una “agresión híbrida” por parte del Oeste.
Aunque el presidente ruso Vladimir Putin sostiene que la Constitución garantiza la libertad de los medios, también subraya la necesidad de que tanto los medios nacionales como los internacionales se adhieran a las leyes rusas. Esta contradicción pone de manifiesto la complicada relación entre el control estatal y la independencia de los medios, una tensión que ha aumentado considerablemente en los últimos años.