La Agencia Central de Inteligencia de EE. UU. (CIA) ha cambiado su postura sobre el origen del SARS-CoV-2, afirmando que es probable que el virus se haya originado a partir de un escape de laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan. Este giro marca una notable diferencia respecto a su anterior posición neutral.
El director de la CIA, John Ratcliffe, desclasificó esta evaluación actualizada, subrayando la teoría del escape de laboratorio y alineándose con los esfuerzos de la administración del expresidente Donald Trump por responsabilizar a China por la pandemia. En 2023, un denunciante dentro de la agencia acusó a la CIA de sobornar a seis analistas para modificar su conclusión sobre los orígenes del virus, lo que llevó a una investigación por parte de un comité de la Cámara.
Tensiones geopolíticas y nuevas evaluaciones
El cambio en la postura de la CIA coincide con las tensiones geopolíticas entre EE. UU. y China, lo que plantea interrogantes sobre posibles influencias en la evaluación de la agencia. A pesar del nuevo enfoque, el debate sobre los orígenes del COVID-19 sigue siendo intenso; mientras que China niega la teoría del escape de laboratorio, otros organismos y científicos continúan considerando viable la transmisión zoonótica natural.
La controversia sobre el origen del coronavirus ha sido uno de los temas más debatidos y politizados en tiempos recientes. La CIA ahora sostiene que evalúa "con baja confianza" que el COVID-19 probablemente se originó debido a un incidente relacionado con investigaciones, como un escape en lugar de una transmisión zoonótica natural. No obstante, enfatiza que ambos escenarios son plausibles y podrían cambiar con nueva información.
Alegaciones graves contra la CIA
Este cambio significativo se produce en medio de alegaciones formuladas por un denunciante en 2023, quien afirmó que la CIA había sobornado a seis analistas para alterar sus conclusiones sobre el origen del SARS-CoV-2. Según testimonios obtenidos por el Comité Selecto de la Cámara sobre la Pandemia del Coronavirus, se habrían ofrecido incentivos financieros significativos para modificar sus hallazgos iniciales.
El comité ha iniciado una investigación formal sobre estas acusaciones, solicitando documentos y comunicaciones relacionadas con la revisión realizada por la CIA sobre los orígenes del COVID-19. En una carta dirigida al entonces director William Burns, el comité expuso: "El denunciante sostiene que para llegar a una determinación pública eventual de incertidumbre, los otros seis miembros recibieron incentivos monetarios significativos para cambiar su posición".
CIA responde a las acusaciones
A pesar de las serias alegaciones, un portavoz de la CIA negó cualquier pago a analistas para alcanzar conclusiones específicas y aseguró que están tomando las acusaciones "extremadamente en serio", llevando a cabo una revisión interna al respecto. Anteriormente, tanto el FBI como el Departamento de Energía se inclinaron hacia la teoría del escape de laboratorio, mientras que otras agencias han favorecido la hipótesis del origen natural.
En última instancia, el momento del cambio en la postura de la CIA sugiere que podría haber estado influenciado por tensiones geopolíticas más amplias entre EE. UU. y China.
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