Rubalcaba dice que "el PSOE ha vuelto". ¿Para quedarse?
domingo 10 de noviembre de 2013, 23:04h
Eufóricos, pero con las
mismas incertidumbres que cuando entraron. Así salió, me parece, la mayoría de
los más de dos mil asistentes a la Conferencia política del PSOE tras escuchar,
interrumpiéndole casi una veintena de veces para aplaudirle, el discurso de
clausura del secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba. Reivindicó los valores
tradicionales de su partido, lanzó mensajes de solidaridad, igualdad y casi
fraternidad, levantó de sus asientos a los asistentes, aseguró que "el
PSOE ha vuelto"...pero, como era de esperar, y casi de temer, ni una
palabra sobre sus planes de futuro personal. Así que las incógnitas
fundamentales, más allá de los cambios legales y estructurales que formarán
parte del proyecto con el que los socialistas concurrirán a las elecciones,
siguen. Y se resumen en dos: ¿cuándo empezará la competición interna para ver
quiénes quieren encabezar el cartel socialista frente a la "derecha
desalmada" (definición del orador)? Y ¿será el propio Alfredo Pérez
Rubalcaba uno de los candidatos?
Debo reconocer que me
precipité cuando, hace dos días, escribí un 'adios, Rubalcaba, adios',
que resumía el estado de espíritu de no pocos militantes, simpatizantes y, por
supuesto votantes del PSOE: no he hablado con nadie en este multitudinario y
bastante disciplinado cónclave que no me haya admitido que Rubalcaba, el mejor
activo del partido -y bien que lo demostró con su fogosa oratoria este domingo--,
es ya, más que la solución, el principio de un problema. Y no faltaba quien
esperase algún guiño, en este discurso final, en el sentido de que él, tras
haber propiciado, y es de aplaudir, la renovación del partido, no estará en la
carrera de las primarias.
Nada hubo de eso, a pesar de
que son multitud los convencidos de que el actual secretario general, que lleva
décadas en la política y ha pasado por todos los puestos menos por la
presidencia del Gobierno, no estará en la carrera interna cuando, quizá en el
otoño de 2014, se celebren las primarias 'abiertas', es decir,
limitándose a inscribirse quien quiera votar en una lista de simpatizantes del
socialismo y pagando dos euros por introducir la papeleta en la urna. Más o
menos como en Francia en la pugna entre Hollande y Aubry. Pero de eso a entonar
ya el 'adios, Rubalcaba' se ve que va un abismo. No había sino que
ver la parafernalia que precedió a su discurso, rodeado de un centenar de
militantes de las Juventudes Socialistas en un escenario por completo triunfalista,
que ayudaba a la falta de autocrítica de la que el secretario general hizo gala.
Hizo, qué duda cabe, un gran
discurso para entusiasmar a los presentes, que a eso iban. No sé si las
excesivamente vagas medidas enunciadas como resultado de la Conferencia
convencerán al resto del electorado, pero ahora es cuando empieza ese futuro
que Rubalcaba diseña rosado -como el color del escenario-para los
socialistas.
¿Se ha producido un giro a
la izquierda, con ataques de la mayor dureza conocida contra el actual
Gobierno
y que alejan cualquier posible acuerdo entre los dos grandes partidos?
Me
parece pronto para decirlo, y es una más de las muchas incertidumbres
que salen
del concurrido acto en el palacio de Exposiciones del ferial madrileño.
Esta
Conferencia ha querido resucitar algunos ánimos caídos, reafirmar a los
entusiastas y lanzar un cabo a los reticentes, a los desengañados, a
los huidos hacia otras latitudes. No sé si Rubalcaba ha logrado todo
eso, que falta
hacía. Sí ha logrado, desde luego, aplazar el anuncio de su decisión, y
que
nadie le interpele por ello. El PSOE, como él dijo, ha vuelto. ¿Para
quedarse...él
mismo? Yo, personalmente, no lo creo; el PSOE ganará o perderá las
próximas
elecciones, pero será otro rostro el que las gane o las pierda. Al
tiempo.