"Lo ocurrido ayer está ocurriendo todos los días, a mayor o menor nivel", afirmó Rupérez en declaraciones a la cadena SER. "Por desgracia no es nada nuevo y la situación sigue siendo gravísima, incontrolable y en mi opinión va a más", prosiguió.
A juicio del embajador, los ataques de ayer son un ejemplo de "los enfrentamientos entre la insurgencia y elementos importantes de Al Qaeda y los chiíes de Ciudad Sadr", una localidad "absolutamente pobre, miserable, deprimida, que está sufriendo una de las diversas manifestaciones de la guerra civil, o como queramos llamarla, que está sufriendo ese país".
En esta guerra "se están entrecruzando y se están superponiendo diversos conflictos entre chiíes mismos, entre chiíes y suníes, entre insurgentes y fuerzas de la coalición internacional, entre kurdos y árabes, y un larguísimo etcétera, donde naturalmente no faltan la delincuencia común y la criminalidad desatada", declaró Rupérez. Aparte, "una de las últimas novedades" en el conflicto, especialmente en Bagdad y también en Mosul (norte), "es el uso de mortero en la lucha callejera", añadió.
En opinión del embajador, es "necesario e ineludible" un movimiento de reflexión, "para los norteamericanos y para todo el mundo", sobre el "desastre que se ha creado" en "ese pobre y desgraciado país que no se merecía esta suerte".
"Irak es un problema internacional que se está manifestando en todos los países árabes, especialmente los países vecinos, y sin cuya resolución no es posible hallar un margen de paz y tranquilidad en toda la región", advirtió Rupérez. En este sentido, alertó de que los sucesos de Irak están afectando a toda la región, "concretamente el enfrentamiento entre suníes y chiíes, que ya tiene una proyección absolutamente transfronteriza".
Se trata de un "problema internacional que tiene que resolverse regionalmente, que tiene que resolverse por un acuerdo entre Estados Unidos, Siria e Irán especialmente", declaró Rupérez. Por ello, lamentó que todos los movimientos que ha habido, algunos bastante serios, de acercamiento entre Estados Unidos, por una parte, y Siria e Irán, por la otra, hayan "registrado fuerzas contrarias que los han impedido, los han obstaculizado y los han arruinado".