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Una asamblea que transcurrió con absoluta normalidad

Los asambleístas aprobaron que continúen las negociaciones para la venta del Centro Gallego
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Los asambleístas aprobaron que continúen las negociaciones para la venta del Centro Gallego

Emoción de los trabajadores por conservar sus puestos

Por Eduardo Fleming
martes 19 de diciembre de 2017, 20:56h

Solamente el ver los abrazos de los trabajadores al enterarse que continuarán con sus puestos de trabajo, eximen de realizar cualquier análisis técnico sobre porque el gran Centro Gallego tuvo que llegar a ser casi a ser vendido para poder subsistir. Es que lo que eran dudas y pronósticos reservados sobre la resolución que iban a tomar los asambleístas, pareció un simple chequeo de rutina, en donde el Interventor Martín Moyano ya tenía todo acordado con los representantes de la institución.

Los pronósticos no eran para nada alentadores, más de un centenar de trabajadores en la entrada del Teatro Castelao, cortando la calle, con sus bombos y banderas advirtiendo que la “única” posibilidad que tenían los asambleístas eran votar por la venta del Centro Gallego, todo esto ante la ausencia de efectivos policiales, que estaban más “entretenidos” cuidando el Congreso y peleándose con los manifestantes ante el tratamiento de la ley Previsional, pronosticaban ante una votación negativa, una salida como mínimo problemática para los asambleístas, en la mayoría de los casos gente mayor con pocas posibilidades de defenderse.

Pero la Asamblea, a pesar de todos los pronósticos, pareció más un simple control de rutina que una complicada operación, o mejor dicho la operación ya había sido previamente realizada en los “pormenorizados” estudios entre los asambleístas y el interventor Martín Moyano, que solo fueron “maquillados” por los asambleístas al no aprobar los balances por no poder “aprobar la gestión” de las intervenciones que tuvo la institución.

Nada más en ese inicio de la asamblea pareció que la temperatura subía, y ya estaban alerta los pocos médicos que estaban trabajando en el Centro Gallego para tratar de bajar de alguna manera esa sensación, y con alguna poción “mágica” lograron que a pesar de que los asambleístas acusaran al interventor –junto a los anteriores- de llevarlos con sus políticas a “llevarnos a donde estamos”, lamentando no haber tenido el “espíritu” de esos gallegos que construyeron un Centro que fue ejemplo y orgullo de toda la colectividad.

Llegando al punto doce de la orden del día, los asambleístas salieron de terapia intensiva, y en lo que parecía un parto, elevaron una propuesta que fue –salvando las distancias- como un nacimiento para todos los empleados que no dejaron de hacer sonar los bombos y redoblantes durante la asamblea.

Los asambleístas –que fuera de micrófono- reconocieron que no les quedaba otra alternativa, y con un no pudimos manejarlo nosotros, dejaron en claro que en caso de venderse los socios deberán tener la mejor atención, y el comprador deberá respetar el cargo de todos los empleados del Centro.

Al término de la Asamblea, el interventor Martín Moyano en diálogo con Diario Crítico de Argentina y España Exterior, consideró que se dio “un paso adelante que valoramos mucho y que en principio puede significar el principio de una solución para una crisis que hace una década vive el Centro Gallego”.

Moyano informó que las agrupaciones designarán el titular y el suplente que conformarán la Comisión y “de ahí los contactaremos con el grupo inversor”, ya que “la comisión negociaría con el Grupo Inversor, los dueños del Centro Gallego son sus socios y sus representantes, es hora que ellos tomen las decisiones del caso”

Sobre la propuesta que elevaron los asambleístas, Moyano reconoció que “es muy cercana a la que nosotros estábamos discutiendo con las agrupaciones, no hay grandes diferencias, quizás la diferencia más importante está respecto a que hay una consideración más política del pasivo de la institución, ellos le adjudican al INAES y al Estado la deuda por lo tanto no quieren hacerse cargo de ella, cuando la deuda es en realidad en un 80/90%,producto de la relación laboral, fue la junta directiva la que tomó el personal, no el INAES, entonces en consecuencia, es un punto que habrá que resolver, porque si bien es una situación que hay que ver como se homologa el pasivo, nosotros ya no tenemos autorización para poder homologar el pasivo judicialmente hablando”.

Uno de los aspectos importantes que es el funcionamiento del Centro Gallego hasta que se concrete o no la venta, y en este caso el interventor manifestó que “nosotros vamos a tratar de sostener el funcionamiento hospitalario hasta tanto se normalicen desde el punto de vista mutual las autoridades”, y será “la Fundación Favaloro quien se encargaría de las prestaciones médicas como estaba previsto “

Moyano confirmó que seguirá como interventor administrando el hospital hasta tanto se resuelva la venta de la institución, donde se pedirá una prórroga “para que esto pueda funcionar”.

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