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Un pacto en el aire

miércoles 30 de marzo de 2016, 01:23h

Pese a que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se han dado cita este miércoles, el aplazamiento del Congreso del PSOE parece indicar que en la cúpula socialista dan por hecho que habrá que repetir las elecciones. Llegan a esta conclusión visto que Iglesias acude a la reunión con el discurso cien veces repetido del "gobierno a la valenciana". En realidad un reparto ventajista de carteras ministeriales en el que adjudica a Podemos los principales resortes del Estado. Sánchez, pese a su premioso interés por llegar a La Moncloa, rechaza las pretensiones de Iglesias planteadas en registro de coalición de gobierno. La cosa podría cambiar si Iglesias se aviniera a apoyar la candidatura de Sánchez a cambio de la participación en un Ejecutivo presidido por el líder socialista de algún dirigente de Ciudadanos y con independientes afines a Podemos. Para que el PSOE llegara al pacto Podemos también debería olvidar el apoyo a la consulta secesionista que reclaman los independentistas catalanes. Esta condición que fue la primera de las negociadas porAlbert Rivera para firmar el pacto con el PSOE es una "línea roja" marcada por el Comité Federal a Pedro Sánchez. Conocida la rigidez de las posiciones de las que parte Pablo Iglesias pensar que habrá acuerdo con el PSOE se torna tarea solo apta para optimistas.

Claro que en todo este caleidoscópico sudoku hay algunas variables que podrían cambiar las cosas. Me refiero al vértigo que provoca la expectativa de la repetición de las elecciones dados los problemas internos que tienen tanto el PSOE como Podemos y la tendencia histórica de los electores a castigar a los partidos que se desangran en batallas intestinas. Que es el caso de los protagonistas de esta película. El PSOE por las intrigas andaluzas que no cesan y que en nombre de no explicitadas ambiciones de Susana Díaz, la presidenta de la Junta, fragilizan el liderazgo de Pedro Sánchez. No se recordaba otra desde los tiempos de la UCD cuando desde dentro del partido sus propios compañeros le hacían la cama a Adolfo Suárez. Es fácil entender el cabreo de Sánchez. En el caso de Pablo Iglesias porque las diferencias surgidas entre las llamadas confluencias (mareas, compromìs, etc), unido al silencioso distanciamiento de Errejón, "número dos" del partido, sugiere que repetir el logro del 20D (69 diputados) podría resultar una quimera.

Ya digo que no parece probable que lleguen a un pacto, pero todavía no hay que descartarlo. La necesidad suele propiciar extraños compañeros de viaje y hasta de cama.

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